-¿Cuál es el legado colorado?

-Una gran deuda. Estamos en el proceso de transición, ayer se nos entregó la primera información. Se deben 1.000 millones de pesos, volumen que representa casi el presupuesto de la IS de un año. Se deben siete millones de pesos de prima por escolaridad, seis millones por salarios vacacionales impagos, unos 200.000 pesos de pensiones alimenticias, 30 millones a la mutualista, un millón a Salud Pública, seis millones a dos cooperativas de consumo... Y a eso se le agrega que [el actual intendente, Manuel] Barreiro nos comunicó que no tiene dinero para pagar los salarios de mayo (75 millones de pesos) y que tampoco tiene los recursos para pagar el medio aguinaldo (40 millones). Todavía están pendientes pagos de sueldos de abril, y hay casos de trabajadores que no cobraron 100% del sueldo.

-¿Cómo hará frente a esta situación?

-Tomaremos varias medidas. Primero, cambiaremos el organigrama de la IS: hoy hay 16 departamentos, que pasarán a ser 11. Eliminaremos los cargos de confianza: de 100 pasaremos a 20. Eliminaremos las compensaciones políticas. Algunos alquileres que la IS está pagando no son necesarios, ya que entendemos que tiene patrimonio de propiedades para poder desarrollar su actividad sin alquilar. No somos partidarios de tercerizar servicios, cosa que ha ocurrido durante estos cinco años. Eso duplica los gastos, porque, por un lado, le estás pagando a la empresa constructora y, por otro, a los funcionarios del Departamento de Obras que no trabajan. Creemos que con la maquinaria y los funcionarios que tiene, la IS está en condiciones de ejecutar obras, sobre todo de pequeña infraestructura. Poco a poco, estas medidas de ajuste van a permitir equilibrar el presupuesto.

-¿Qué sucede con las partidas del gobierno nacional?

-El Fondo de Desarrollo del Interior [de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto] cortó las de Salto mientras no rinda cuentas. Lo otro que sabemos es que el resto de las partidas está comprometido. En mayo había una de 22 millones y una segunda de 44, pero no llegan porque van a los acreedores, entre ellos al fideicomiso del Banco República. En junio hay otra, pero tampoco llegará. Por concepto de fideicomiso va a quedar un saldo de 40 millones de pesos para el gobierno electo. Hay partidas por un valor de 28 millones de pesos que fueron remitidas a Salto, pero sólo se han justificado 8,9 millones. Salto tiene el peor promedio de ejecución de obras de 2014: 39%. Se perdió un importante dinero, porque si no lo ejecutas, lo pierdes.

-También hay problemas para abastecer a la IS de combustible...

-ANCAP no le vende combustible a la IS. Toda maquinaria de la intendencia está en talleres, parada desde hace días; las cuadrillas de vialidad, que tienen que trabajar en el interior del departamento, están en la ciudad desde hace más de un mes; las de bacheo no están trabajando. No hay combustible. El poco que hay es para los ómnibus, pero todavía no sabemos si alcanzará para llegar al 9 de julio. La IS está comprando directamente a las estaciones de servicio, y algunas de ellas ya no le venden porque no han pago. Mañana [por hoy] tenemos una reunión con ANCAP y sabremos cuál es el monto de la deuda y cómo podemos lograr que el 9 de julio Salto tenga combustible; intentaremos llegar a un acuerdo.

-El transporte municipal, con el boleto a seis pesos, tampoco ayuda.

-Arrancaremos manteniendo el precio del boleto, pero haremos una auditoría externa y privada, y en función de esos datos tomaremos decisiones.

-¿Dónde está la plata?

-Buena pregunta. Esperemos a ver qué dice la auditoría. Pensamos auditar algunas áreas, no toda la IS. Si decimos ahora cuáles, capaz que desaparece documentación.

-¿Fonticiella y Ramón Soto, el candidato a intendente por el Movimiento de Participación Popular, ocuparán algún lugar en el Ejecutivo departamental?

-No. Sí cada uno de los sublemas tiene sus representantes en la Junta Departamental de Salto.

-¿Qué vínculo establecerá con las alcaldías de la oposición?

-Ya en el período de transición tendremos reuniones con los seis alcaldes y trabajaremos en conjunto. No veo que haya dificultades en el trabajo.

-¿Qué lugar ocupará la oposición?

-En el gobierno departamental habrá solamente frenteamplistas. El ámbito para hacer acuerdos es la junta. Las iniciativas que presenten los partidos de oposición tienen que pasar por la junta, y es posible que las acompañemos.

-¿Cómo surgió su candidatura?

-Ya en 2010, cuando salí electo diputado por primera vez, el FA planteó la posibilidad de que fuera candidato. Dije que no porque no estaba preparado, preferí venir al Parlamento. Tuve la posibilidad de integrar la Comisión de Hacienda dos años, viví desde adentro la discusión del presupuesto nacional y la primera Rendición de Cuentas, luego pasé a la Comisión de Vivienda, armé un equipo que hace cinco años no tenía, se armó una estructura partidaria que tampoco teníamos. La experiencia es importante, ya que me permitió conocer prácticamente a todos los integrantes del gobierno nacional; es necesario, hace cinco años no conocía a nadie. Hace más de un año que tenemos un acuerdo con la 711, que ha funcionado correctamente. En Montevideo funcionamos dentro de la bancada Compromiso Frenteamplista, y la intención es que esto perdure. Eso nos fortalece a todos: no es lo mismo presentarnos con una diputada de una agrupación departamental que con una diputada integrante de una bancada.

-¿Qué evaluación hace de las elecciones?

-Fue muy bueno desde junio, primero porque la votación más alta de las internas de 2014 fue en Salto: tuvo 43%, cuando la media estuvo por debajo de 40%. En noviembre, Salto tuvo la mejor votación del FA, 60% votó la fórmula Tabaré-Sendic. Ese escenario nos hacía ver que había muchas posibilidades de ganar en mayo, que fue lo que pasó. Otro hecho que marcó fue que el FA resolvió presentar tres candidatos a intendente: Fonticiella, Soto -un médico rural muy querido en el interior del departamento- y mi candidatura. Eso potenció, porque todos sumaron al lema.

-De todos modos, la diferencia de votos fue casi la misma que en 2010, pero al revés.

-Pensamos que iba a ser mayor. Si bien en los papeles la Concertación no existe, en los hechos funciona. En 2010 hubo una polarización muy fuerte, y en esta oportunidad fue mayor. El Partido Nacional en 2010 obtuvo 10.000 votos y ahora 5.000, es decir que la polarización que hubo del FA y Partido Colorado se profundizó.

-¿Por qué se perdió la IS en 2010 y por qué se recuperó ahora?

-Se recuperó por los errores en cuanto al manejo de los dineros públicos. Mientras el déficit no se veía reflejado en la gestión, a la gente no le importó, pero cuando finalmente eso se tradujo en que se retiran frecuencias de ómnibus, en que el recolector de basura no pasa, en que las calles se arreglan y al mes están igual o peor, en que se quema un foco de luz y la IS no lo repone, entonces la gente comprende que un mal manejo de la economía se ve traducido en no poder cumplir con los servicios básicos. Por qué se perdió es historia pasada.

-¿Qué lectura le merece el desempeño del FA a nivel nacional?

-Las seis intendencias en las que va a gobernar representan 70% de la población del país. Si uno compara la elección de octubre con la de mayo, la pérdida de electorado, que siempre hubo, fue la menor: hace cinco años, de octubre a mayo el FA perdió 15% del electorado, mientras que esta vez perdió 8%. El votante no vota siempre al mismo sector: analiza, piensa, mira propuestas y elige dentro del FA.