El candidato blanco para Montevideo por el Partido de la Concertación, Álvaro Garcé, obtuvo cerca de la mitad de los votos que los blancos lograron en 2010, pero en la sede del directorio nacionalista las caras largas duraron poco. El silencio era total cuando las encuestas confirmaban lo que todos preveían, que Daniel Martínez había sido electo, y sólo la noticia de que Enrique Antía había ganado en Maldonado levantó los ánimos. “Menos mal”, se escuchaba. Volvió el silencio cuando la televisión mostró a Edgardo Novick, el gran ganador de la Concertación, dando su discurso. “Es tremendo que un candidato a intendente agradezca al publicista primero”, decían algunos, mientras Jorge Gandini descreía de los números de Equipos Mori, que por ese entonces daba 44% de votos a la Concertación. “Sintonizó con la población”; “él dijo lo que la gente quería escuchar, nosotros no”, decían otros dirigentes.

Garcé bajó desde la sala donde estaba reunido con Luis Lacalle Pou y dirigentes herreristas -de Alianza Nacional sólo estaba Gandini- “muy contento” por la votación de la Concertación. “Se ha transformado en un verdadero éxito. Superó nuestras expectativas”, dijo. Aseguró que el nuevo partido se convirtió ayer en “el instrumento, es el camino, llegó para quedarse”. Luis Alberto Lacalle, efusivo, lo vitoreaba: “A veces la gente demora en distinguir lo que tiene que razonar para votar en lo nacional, que es sustancialmente distinto de lo que hay que razonar para votar en lo municipal. Cuando esa atadura se rompa... Es lo que pasa en todas partes del mundo. El alcalde de la ciudad es el que cuida la ciudad, la tiene iluminada, limpia; después la deuda externa, la política exterior... la filosofía, va en la elección de octubre. Yo creo que ha sido muy importante la votación, y quiere decir que se va haciendo carne eso”, dijo a la diaria.

El presidente del Directorio blanco, Luis Alberto Heber, también festejaba. “El instrumento fue motivante para arrimar gente que en octubre no votó [ni al PN ni al PC]”, repetía, y aseguraba que es “secundario” que la votación nacionalista haya sido menor que en 2010. La candidatura de Novick no representa una amenaza para los aparatos partidarios, opinó: “Los partidos hicieron factible la candidatura de Novick”, insistía Heber, que sin embargo reconoció “que los partidos se dieron cuenta que había que darle espacio a alguien diferente, que no pertenezca a la estructura partidaria”. Gandini, cuya candidatura no prosperó, esperará los datos finales para evaluar la elección, entre otras cosas, para entender “el mensaje de los votantes” que en octubre respaldaron al PN y ayer no. Citando a Wilson Ferreira, adelantó que reincidirá: “La lucha empieza todos los días, la mía empieza mañana”.