El Congreso de los Pueblos Libres fue un hito importante en la historia de Uruguay y Argentina.

Se celebró hace exactamente dos siglos, el 29 de junio de 1815 en Villa La China, Concepción del Uruguay, en la provincia de Entre Ríos, y su valor ha sido silenciado durante muchos años en ambas márgenes del Río de La Plata. De hecho, frente a esta conmemoración, apenas el parlamento argentino estuvo discutiendo hasta hace unos días si declaraba esta fecha como feriado nacional, una inciativa que finalmente no prosperó.

Por todo eso, en definitiva, sabemos muy poco de por qué se celebró y quiénes participaron en ese Congreso. Sin embargo, se trata de un día clave en la construcción de la Patria Grande con la que soñaron todos los próceres de nuestra América. Ese Congreso, celebrado hace 200 años, juró la Independencia del yugo español y organizó a los Pueblos Libres: las actuales provincias argentinas de Santa Fe, Córdoba, Misiones, Corrientes y Entre Ríos, la Banda Oriental y parte de Rio Grande do Sul en Brasil.

Esos pueblos libres y federados decidieron nada menos que organizar el comercio interprovincial y con el extranjero protegiendo sus intereses de la rapacidad de libre comercio que preconizaban las grandes metrópolis. Se propusieron discutir (no naturalizar ni ocultar) el rol de los pueblos originarios, dieron la espalda al Congreso de Tucumán, concretaron una verdadera reforma agraria (el “Reglamento provisorio de 1815” o “Reglamento de Tierras” aprobado apenas unos meses después, en setiembre de 1815) y quisieron extender dichas declaraciones al resto de las Provincias Unidas del Río de La Plata.

¿Qué vigencia tiene hoy el Congreso de los Pueblos Libres? Aquella experiencia fue y es símbolo del federalismo, fue un Congreso ocultado, tanto en Argentina como en Uruguay, por los intereses oscuros de aquellos que piensan en patrias para pocos y apuestan al olvido.

El 5 de abril de 1813, don José Gervasio Artigas pronunció un discurso conocido como “La oración de abril” ante el Congreso Provincial, del que surgieron las “Instrucciones del año XIII”: “Nadie es más que nadie” decía Artigas, porque buscaba la libertad y la igualdad entre hombres y mujeres, dar las tierras a quien las trabaja, respetar las diferentes culturas, amar y honrar a la patria. Por esto y por otras cosas, los guaraníes lo nombraron “Caraí marangatú”, el padre de los pobres.

Dar voz a la historia acallada, poco conocida, también es hacer patria. Revisar la historia y descubrir que es dinámica y se construye con relatos diversos y ocultos es otra forma de hacer memoria y alumbrar. Artigas “va alumbrando con su voz la oscuridad, y hasta las piedras saben a dónde va”, según los versos de una canción que le dedicó el maestro y poeta uruguayo Rubén Lena.

Su luz debería llegar también a las aulas de las escuelas uruguayas y argentinas, para profundizar nuestro conocimiento de estos contenidos de nuestra larga historia compartida.

Para entendernos y respetarnos más, hermanarnos y complementarnos, fortalecernos y potenciarnos. Uruguayos y argentinos compartimos historias, pasiones deportivas y de las otras, poetas, música y costumbres, democracias, exilios, pensamientos y luchas, entre tantas otras cosas. En nuestra historia hemos tenido muchos enemigos comunes y hoy sigue siendo igual.

Recuperación de espacios y una llama que sigue viva

¿Cómo enfrentan hoy nuestros pueblos la extranjerización y privatización de los recursos naturales y de los espacios públicos? La respuesta es: con la participación de los ciudadanos en la toma de decisiones. En las dos orillas del Río de la Plata existen experiencias promovidas por ciudadanos que sin ninguna bandera política dialogan en forma permanente y toman decisiones en conjunto sobre una parcela de la realidad.

Elegimos este 29 de junio para contarles sobre el primer Fogón RIO-platense (la sigla es por la montevideana Red Intersocial Oeste), realizado el 6 y 7 de junio en Montevideo. Durante esos dos días de trabajo los participantes analizamos diferentes alternativas y modos de hacer “bienes comunes”, cómo recuperar territorio-tejido-social-comunitario, privilegiando lo público y buscando nuevas formas de acción para mejorar las condiciones de participación de los habitantes en la toma de decisiones.

Desde el Espacio de Gestión del Parque Público Punta Yeguas en Montevideo y la Mesa de Trabajo y Consenso del Parque Avellaneda de Buenos Aires venimos realizando trabajos conjuntos desde hace años, profundizando experiencias de gestión asociada de espacios públicos. Todo nos une: sostenemos la recuperación y gestión de estos territorios con participación comunitaria, utilizamos metodologías similares y aprendemos los unos de los otros.

Recientemente también se integraron a esta red el Parque Federal de la ciudad de Santa Fe y el Parque Público de Chilibulo de Quito, Ecuador.

Sabemos que la Historia es una construcción cotidiana, bregamos por espacios de intercambio, educación y construcción de conocimientos aplicables en nuestros dos países. Por eso ese fin de semana nos reunimos 30 personas de los dos lados del río en los salones del programa APEX Cerro de la Universidad de la República de Uruguay, en las instalaciones remodeladas del antiguo Frigorífico Artigas.

En un hermoso fogón acordamos seguir fortaleciendo el trabajo colectivo y promover más fogones RIO-platenses, tanto en Argentina y en Uruguay como en otras partes, fogones que igualen y democraticen, como los que armaba Artigas para tomar las decisiones junto con su pueblo.

Pensamos que estos espacios sirven para fortalecer identidades, en ellos se aprende de la experiencia ajena, se crean conocimientos, se conversa, se dialoga y se definen acciones concretas para continuar haciendo esa Patria Grande, desde abajo y día a día.

Alegres, conmemoramos y festejamos hoy estas experiencias concretas y no tan lejanas que buscan resignificar la democracia en la práctica cotidiana. Hoy argentinos y uruguayos, unidos por la visión de la Patria Grande, participamos en estas experiencias de recuperación de espacios públicos.

Memoria, verdad y justicia toman otra dimensión al recordar estos 200 años de la Federación de los Pueblos Libres. En esos fogones se escucha la voz de la Historia y, 200 años después, se mantiene viva la llama del federalismo en el Río de la Plata.

Vecinos y vecinas de Montevideo y Buenos Aires, 29 de junio de 2015