El legislativo de Hong Kong, región de China que fue hasta 1997 colonia británica y que goza de cierta independencia, rechazó ayer una reforma propuesta por Pekín, que se presentó públicamente como un “avance democrático”. El motivo del rechazo, apoyado por el movimiento conocido como “revolución de los paraguas”, que reclama más democracia desde el año pasado, es que la reforma no avanza lo suficiente.

Hasta ahora, aunque se vota a representantes de menor rango, el jefe del Ejecutivo de Hong Kong no es electo democráticamente, sino designado. La propuesta de Pekín era que cuando termine el actual mandato, en 2017, los ciudadanos de Hong Kong pudieran votar, pero eligiendo sólo entre hasta tres candidatos, que deberían ser previamente avalados por un comité afín al gobierno comunista.

La votación ocurrió en circunstancias sorprendentes, ya que más de 30 legisladores afines a Pekín abandonaron el hemiciclo en el momento de votar. Así fue que se emitieron 36 de los 70 votos: ocho a favor y 28 en contra. De acuerdo con la agencia de noticias Efe, de todas maneras no hubieran alcanzado los dos tercios necesarios para aprobar la reforma, porque los demócratas, con sus 26 legisladores, tienen una minoría de bloqueo.