El grupo Vecinos de Guichón por los Bienes Naturales difundió el 29 de junio el caso de un niño de tres años que tiene problemas en la piel. Según sus padres se deben al polvo generado por la planta de silos de la Cooperativa Agraria Nacional (Copagran), que funciona a 60 metros de su casa. Desde hace varios años, el grupo de vecinos denuncia públicamente y en diferentes organismos estatales casos de contaminación por agroquímicos y el 10 de diciembre de 2014 organizó, junto con la Institución Nacional de Derechos Humanos (INDDHH), la mesa de intercambio titulada “Uso de agroquímicos en Uruguay y políticas públicas: un espacio de intercambio entre el Estado y la sociedad civil”.

La planta de silos de Copagran, ubicada en la localidad, había sido acusada por el grupo en otras oportunidades. La primera fue en marzo de 2011, cuando aparecieron 50 envases de agroquímicos (endosulfán) en un vertedero municipal; tras la denuncia del grupo de vecinos, Copagran fue intimada por la Dirección Nacional de Medio Ambiente, aseguró Marcelo Fagúndez, integrante del grupo. En abril de 2013 los vecinos presentaron más denuncias ante la Dirección General de Servicios Agrícolas por las fumigaciones realizadas en la planta, que habían afectado a vecinos de los alrededores, que no son pocos, puesto que hay un complejo de viviendas de MEVIR y un centro del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay al que concurrían 40 niños.

La presentación del caso del niño fue difundida junto con fotos que mostraban un serio nivel de afectación en su rostro. Al tiempo que presentaron el caso públicamente, los vecinos informaron a la Dirección Departamental de Salud de Paysandú. El jueves, el diario sanducero El Telégrafo publicó las declaraciones del director departamental de Salud, Juan Gorosterrazú, quien rechazó la denuncia: “Hay un caso de un niño que presentan como que supuestamente fue afectado por agroquímicos, pero es intolerancia a la lactosa, según lo establece la misma historia clínica del niño”, afirmó. Gorosterrazú sostuvo que se trataba de una dermatitis atópica -que había sido diagnosticada por pediatras y ratificada por Ismael Terzano, profesor grado 5 de Dermatología de la Facultad de Medicina- y que “la causa de eso aparentemente sería una intolerancia a la lactosa”. Acusó que “el tema es que la madre no cumple el tratamiento” y mencionó un registro de la farmacia del Hospital de Guichón en el que constaba que hacía dos años que el niño tenía indicado consumir leche sin lactosa -que sale 800 pesos cada lata, detalló- y que ella “nunca la levantó, le siguió dando leche y hace esa intolerancia”.

Agregó que el martes “la madre consultó en el hospital y después se lo llevó contra la voluntad médica, sin haberlo dado de alta, por lo que el médico pediatra hizo una denuncia en la comisaría, que es lo que corresponde, porque ponen en riesgo al niño”.

La respuesta del grupo de vecinos no se hizo esperar. “Nos llaman la atención y nos preocupan las declaraciones del director departamental de salud Juan Gorosterrazú que aparecen hoy [por el jueves] en El Telégrafo, ya que el lunes y martes de esta semana nos comunicamos con él y con sus asistentes y no sabían nada del tema”, reclama un comunicado firmado por Fagúndez. El vecino comentó que, tal como hace dos años, se les solicitó que concurrieran al lugar y no fueron. “No es la primera vez que desde la Dirección Departamental de Salud se desacredita y se sale públicamente a enfrentar a la sociedad civil organizada; antes que Juan Gorosterrazú lo hacía Magdalena Espillar. Evidentemente, dar la espalda a la sociedad civil organizada cuando plantea sus inquietudes es un lineamiento de gestión en esta dirección de Estado”, planteó Fagúndez. Agregó que las veces que la Dirección Departamental de Salud reconoció la afectación a la salud fue porque el grupo formuló las denuncias ante la INDDHH.

En diálogo con la diaria, Fagúndez opinó que “una cosa no quita la otra” y que es posible que el problema se agudice con el polvillo del silo. Tras comunicarse con los padres, comentó que le están haciendo estudios en Paysandú y que “no sería alérgico a la lactosa como dice el director de salud”. De todos modos, esperarán a conocer los resultados de los estudios iniciados.

Gorosterrazú había dicho a El Telégrafo que si el problema fuera por agroquímicos “tendría que haber más de un caso”. En cambio, Fagúndez sostuvo que el grupo tiene “datos de más vecinos que siguen siendo afectados por la planta” y pide “que se haga una investigación más profunda” del impacto del silo.

La INDDHH ingresó el asunto como denuncia, pero Juan Faroppa, integrante del Consejo Directivo, dijo a la diaria que recién estaban iniciando la investigación, por lo que por el momento no tenía nada que declarar.