“Audacia responsable” fue la actitud que promovió el ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, ayer, durante su intercambio con empresarios en un almuerzo de la Asociación de Dirigentes de Marketing. “Somos un país en obra”, dijo, invitando a los convocados a “confiar” y apostar al “ambicioso pero absolutamente posible” plan de inversiones que expuso el presidente Tabaré Vázquez el lunes, que estimó que será “lo que nos va a permitir retomar los caminos de crecimiento de esta última década”.

“No vine a hablar de los pesares”, advirtió de entrada el ministro, que compartió mesa con sus pares de Relaciones Exteriores, Rodolfo Nin Novoa, de Turismo y Deporte, Liliam Kechichián, de Educación y Cultura, María Julia Muñoz, y de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro. También lo acompañaron el subsecretario de su cartera, Pablo Ferreri, y el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Álvaro García. “Vine a hablar de los caminos sólidos y posibles que tiene nuestro país para recuperar los ritmos de expansión más altos que hemos conocido hasta hace muy poco tiempo”, afirmó un Astori que procuró transmitir tranquilidad a los presentes.

Para el titular de Economía, el “único camino genuino” para asegurar la “riqueza” del país es invertir, por lo que apostó a la “flexibilidad” en las modalidades de inversión -“que permitan superar las restricciones fiscales que tiene el país”- y también para “buscar caminos más ambiciosos” de inserción internacional, “trascendiendo los límites regionales”.

“No estamos en crisis”, afirmó ante los empresarios, a quienes comunicó que desde el gobierno se va a “saber ser prudentes” pero también a seguir una línea de “audacia responsable”. Llamó a los empresarios a aportar su parte en el plan de inversiones que presentó el lunes el presidente, de 12.000 millones de dólares para este período. Astori lo describió como el “más importante en la historia de las inversiones públicas” y dijo que se pretende que el sector privado contribuya con un tercio de los fondos necesarios.

El ministro reconoció que la inversión en infraestructura representa “un enorme desafío” para Uruguay, y defendió en este sentido la Ley de Participación Público-Privada, aunque admitió que “se están estudiando mejoras que la hagan más ágil”, en función de los proyectos pilotos de la cárcel de Punta de Rieles y los tramos de las rutas 21 y 24, ya licitados. También afirmó que se están recabando opiniones del sector privado para “una nueva reglamentación”, que se dará a conocer “en breve”.

“El sector privado sigue confiando y sigue invirtiendo en el país, y esto, en gran medida, es lo que nos permite seguir diciendo que Uruguay va a retomar muy rápidamente los caminos de crecimiento”, afirmó, convencido de que “su participación relevante será una de las grandes novedades del período”.

El ministro ubicó “la lucha contra la inflación” como “la principal herramienta” para pelear por el poder adquisitivo de los ingresos de los uruguayos. Adelantó que “se está gestando” un acuerdo de precios con empresarios similar al de marzo de 2014. Sostuvo que las cámaras empresariales “están dispuestas a ayudar”, y remontándose a las experiencias de utilización de esta herramienta, afirmó que está “seguro de que va a tener éxito”.

Velocidades

Consultado por la etapa en la que se encuentran las negociaciones del TISA (Acuerdo de Liberalización del Comercio de Servicios, por su sigla en inglés), el ministro sostuvo que se está “acumulando información” pero “hasta ahora no hay decisiones políticas tomadas”. “La única manera de conocer lo que se está conversando es participando”, opinó, e invitó a “no resolver en base a perjuicios”. “El TISA no va a una velocidad que exija decisiones prontas, por eso podemos tomarnos el tiempo de ver las opiniones a favor y en contra”, agregó.

Previamente, y sin nombrar el acuerdo explícitamente, mencionó que “no estamos en posición de desconocer el dinamismo de los servicios tecnológicos en la actividad económica actual y también en la del futuro”, porque eso significaría “desconocer la realidad propia”. En opinión del ministro, conocer esta realidad significa “evaluar constantemente nuestras regulaciones, a los efectos de adaptarlas a las potencialidades del progreso tecnológico, y conocer también las de nuestros competidores y las de nuestros potenciales socios”, y a partir de ese conocimiento “alcanzar acuerdos si nos resultan posibles y beneficiosos”.