La oposición de Venezuela y el oficialismo de Colombia impulsan medidas en ámbitos internacionales contra la decisión del gobierno de Nicolás Maduro de cerrar un paso fronterizo entre ambos países. En Venezuela, la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática anunció que la Asociación de Legisladores de Táchira, el departamento en el que se aplica el cierre de parte de la frontera y el estado de excepción en varios municipios, va a denunciar estas medidas así como “las deportaciones masivas de colombianos” de la frontera ante la Corte Penal Internacional “en los próximos días”. Según el gobierno venezolano, esas acciones responden a la necesidad de proteger al país contra el paramilitarismo y el contrabando, y fueron dispuestas el miércoles 19, después de un ataque de supuestos contrabandistas contra un grupo de militares.

En Colombia, el Partido de la U, del presidente Juan Manuel Santos, decidió “demandar” a Maduro ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Pidió además que Colombia se retire de inmediato de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), porque no está conforme con su papel en el conflicto. El miércoles, el secretario general de la Unasur, el ex presidente colombiano Ernesto Samper, manifestó en un comunicado que “las diferencias entre Colombia y Venezuela tienen que ser resueltas por los gobiernos de los dos países”, aunque pidió la “inmediata suspensión de las deportaciones de colombianos”. Sin embargo, Samper había causado malestar en Colombia porque cuando Maduro cerró el paso fronterizo pareció respaldarlo al publicar en Twitter: “Hace un año denunciamos el peligro de la intromisión de paramilitares colombianos en Venezuela. Hoy se confirma que es una realidad”. Ayer Samper dijo a la agencia de noticias Efe que veía con “cierta preocupación” el pedido del Partido de la U, pero que era “improbable” que Colombia saliera de la Unasur, en cuya fundación participó.

Maduro dijo ayer que no abrirá la frontera hasta que Colombia “prohíba” el contrabando, y hasta que se deje de “atacar el bolívar” desde Cúcuta, la capital del departamento fronterizo Norte de Santander. De acuerdo con el presidente, allí funcionan casas de cambio que promueven la devaluación de la moneda de su país, informó Efe. Maduro pidió al gobierno de Colombia que “se ponga las pilas y vaya a proteger de paramilitares, de contrabandistas, al pueblo del Norte de Santander y de Cúcuta”. De acuerdo con Telesur, Maduro explicó: “Me obligaron a cerrar la frontera porque ya no se podía más. Hasta tanto no tengamos una nueva frontera, sana, legal y en paz, no la reabriré”.