Ayoub el Khazzani, el acusado de atacar con un arma a los pasajeros de un tren que viajaba de Ámsterdam a París, hizo declaraciones “fantasiosas” a la Policía francesa, dijo el fiscal a cargo del caso, François Moulins, y agregó que las investigaciones realizadas hasta ahora muestran que el acusado intentó cometer un ataque premeditado. Lo dijo en una extensa conferencia de prensa durante la cual anunció que El Khazzani, un ciudadano marroquí de 25 años, estaba acusado de “tentativas de asesinato” en el marco de un “proyecto terrorista” colectivo o individual, de porte de armas y de participar en una “asociación criminal terrorista”.

Moulins, que es el fiscal general de París, se declaró convencido de la culpabilidad del detenido. Consideró que los elementos de prueba confirman que no se trató de un simple proyecto de robo a mano armada improvisado, como dijo El Khazzani durante los interrogatorios, y destacó que el joven tenía con él en el tren un rifle de asalto AKM con 270 municiones, una pistola, una botella de 50 centilitros con gasolina y una trincheta.

Además, el joven -que no pudo cometer su ataque porque fue detenido por cinco pasajeros del tren en el que viajaba- pagó en efectivo los 149 euros de su pasaje para viajar en primera clase, rechazó la posibilidad de tomar el tren anterior y, una vez a bordo, ingresó a Youtube, donde miró en un celular un video de rezos islamistas que alentaban a combatir. A esto se suma que la línea de ese celular (tenía otro, que usaba habitualmente) fue activada el viernes, el día de la tentativa de ataque. Por lo tanto, el marroquí, que tiene documentos de residencia en España, “claramente estaba dedicado a la comisión” del ataque, dijo Moulins.

El Khazzani negó haber viajado a Turquía, desde donde se cree que intentó ir a Siria, pero los investigadores determinaron que en mayo viajó desde Berlín hasta Estambul, y volvió a Europa el 4 de junio, en un vuelo que salió de la ciudad de Antioquía, cerca de la frontera siria.

Aún quedan incógnitas por resolver, y la Policía francesa trabaja en particular en identificar a probables cómplices de El Khazzani.

Él dice haber estado en Bélgica, Alemania y Austria, y que en Bruselas vivió en un parque, aunque los registros apuntan a que residió en las casas de un amigo y de su hermana, que fueron allanadas ahora por la Policía. La hermana de El Khazzani fue a declarar de manera voluntaria y quedó libre. El joven estaba identificado en Francia, donde trabajó unos meses, y en España, donde sigue viviendo su padre, por sus presuntos vínculos con el islamismo radical.

Las versiones que ofreció a los investigadores, según las cuales encontró las armas en un parque y se le ocurrió asaltar un tren “para comer”, fueron consideradas “fantasiosas” por Moulins, y los expertos coinciden en que esos argumentos descabellados son comunes entre los jihadistas, que buscan evitar que se descubra a sus cómplices y a las redes que los apoyan.