“Ya no se trata de ‘contrabando hormiga’, sino de una actividad comercial organizada, de mucho volumen, cuyo nivel supera a cualquiera de las más importantes empresas formales del sector en Uruguay”, sostuvo el secretario de la Cámara Uruguaya de Procesadores Avícolas (Cupra), Carlos Steiner, a la salida de la reunión con autoridades de la Dirección Nacional de Aduanas (DNA), que lo dejó “muy contento”.

Empresarios del sector avícola concurrieron ayer de tarde a la DNA para “fundamentar” su denuncia sobre el contrabando de pollo en la frontera con Brasil. Establecen que “uno de cada cuatro pollos en el país proviene de contrabando”, aunque el director de la DNA, Enrique Canon, dijo que esa cifra puede ser exagerada: “25% de la población vive en la frontera, y creo que por ahí pudieron haber trasladado ese porcentaje, aunque no haya una relación directa”, sostuvo. Después de la reunión aclaró a la prensa que “de momento, no hay cuantificación”.

Desde la DNA informaron que la denuncia provocó la puesta en marcha de “una serie de medidas”, algunas de impacto inmediato. En más de 40 procedimientos en el anillo perimetral de la frontera con Brasil, la Aduana incautó, hasta ayer, dos toneladas de pollo, hecho que los empresarios confirmaron porque notaron una leve recuperación de las ventas. A su vez, el gerente de Gestión de la Operativa Aduanera, Andrés Méndez, sostuvo que se están coordinando labores de inteligencia que llevarán un tiempo de acción mayor.

“Más allá de lo económico, los problemas son sobre todo sanitarios”, estableció Steiner, quien consideró que el país se ha manejado de manera “impecable” en este sentido. En cuanto a cómo distinguir el pollo legal del de contrabando, el secretario de Cupra sostuvo que los primeros “cuentan con un precinto que indica que fue criado y procesado en Uruguay”.

Denuncia adjunta

A la reunión también concurrió el presidente de la Asociación de Façoneros de Pollos Unidos, Daniel Pereyra, quien dijo a la prensa que está “muy enojado desde hace tiempo”. “Venimos desde el año pasado, cuando se nos cayeron las exportaciones a Venezuela, y luego nos pusieron el IVA”, afirmó, en referencia al subsidio de 10% que el gobierno les quitó en julio a las carnes de pollo, de cerdo y ovina. “Esto agravó lo del contrabando, porque lo convierte en un negocio más lucrativo”, estimó Pereyra, quien pidió al gobierno “un poco de oxígeno por tres meses”. Por su parte, el titular de la DNA dijo que aunque no le compete, trasladará el tema a las autoridades del Ministerio de Economía y Finanzas.