El Consejo Suramericano sobre el Problema de las Drogas, integrado por los estados miembros de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), se reunió ayer en Montevideo para fijar una postura común de cara a la Sesión Extraordinaria de la asamblea de la Organización de las Naciones Unidas sobre drogas (UNGASS, por su sigla en inglés), que será en abril de 2016. La posición de la Unasur se discute desde hace ocho meses. Según informó a la diaria el secretario general de la Junta Nacional de Drogas, Milton Romani, la propuesta acordada entre las autoridades de los distintos organismos nacionales sobre drogas y autoridades de las cancillerías será elevada a los cancilleres para su aprobación.

La declaración considera al ser humano “eje primordial de la política de drogas” y reconoce que, en función del enfoque transversal en derechos humanos, “debe asegurar pleno acceso de las personas a la salud, asistencia social, educación, trabajo y justicia, a través de medidas que consideren su entorno y propicien su bienestar”. En ese marco, recomienda eliminar las “prácticas institucionales que pueden generar daños o actitudes de discriminación, marginalización o estigmatización de los consumidores de drogas”, así como los “tratamientos compulsivos”, y propone garantizar “los usos médicos y científicos de las sustancias bajo control”. Por otro lado, el documento reivindica que se debe abordar el problema mundial de las drogas “en pleno respeto de la soberanía y la integridad territorial de los estados”, y propone un “debate abierto, franco y realista sobre la valoración de los logros y de las vías para hacer frente a los desafíos emergentes del problema de las drogas”.

En referencia a los caminos alternativos al paradigma de la guerra contra las drogas, que se han llevado a cabo o que se estudian en Uruguay, Bolivia, Colombia y Chile, el texto reconoce que en la región “se han puesto en marcha iniciativas centradas en la dignidad de las personas y los derechos humanos, reconociendo que la pluralidad social, cultural y económica de los países de la región deben permitir la formulación de políticas diversas, amplias e integrales que privilegien medidas preventivas para el problema mundial de las drogas”. En la reunión de ayer participó el presidente de la Unasur, Ernesto Samper.