Cada fin de año se renuevan los ascensos y descensos en las categorías en las que se ordenan los árbitros de fútbol en Uruguay. Hacia fines de 2015 la noticia más sonora fue la llegada de Claudia Umpiérrez a la primera categoría arbitral.

El 30 de diciembre la ex árbitra Mabel Leyes comentó en su perfil de Facebook que era “un día muy especial que será recordado, porque por primera vez en la historia del fútbol uruguayo, una árbitra asciende a la Primera Categoría”. Cabe recordar, no obstante, que hay un antecedente: la coloniense Laura Geymonat también llegó y actuó varios años en la primera categoría, en su caso como asistente, tarea que llevó a cabo con solvencia en sus muchas actuaciones, incluyendo varias en el estadio Centenario.

Esas influencias

Claudia vivió su infancia y adolescencia en Pan de Azúcar, departamento de Maldonado. Tuvo desde el principio un vínculo muy cercano con el fútbol, deporte que jugó en sus pagos, en lo que tuvo gran influencia su familia: una tía arbitra en el interior, su padre es entrenador, el abuelo materno también fue árbitro, y tiene un tío muy notorio, Ruben Pico Umpiérrez, que llegó a jugar en el fútbol internacional.

En su tierra natal ya sintió la vocación arbitral a los 16 años, al ver a su tía, pero recién pudo ingresar a la Escuela de Árbitros cuando cumplió 18 y se mudó a Montevideo para estudiar en la Facultad de Derecho. Ingresó al curso en 2002 y se recibió en 2004. Luego, en paralelo a sus estudios universitarios, ascendió peldaño a peldaño en la carrera arbitral; en los últimos seis años se desempeñó en la segunda categoría.

Otro mundo

A finales de 2009 Umpiérrez fue aprobada como árbitra internacional FIFA. Casi al mismo tiempo, el Colegio de Árbitros la ascendió de la tercera a la segunda categoría, ascenso que obtuvo con el mejor puntaje. Después comenzaron a llegar las designaciones internacionales; la primera fue para el Campeonato Sudamericano Femenino sub 17 de 2010 en Brasil. También estuvo en la Libertadores de 2011, en el Sudamericano de 2012 en Bolivia, donde Uruguay clasificó a la Copa del Mundo de Azerbaiyán -y, por estar Uruguay en la ronda final, se la perdió- y también arbitró en el Mundial asiático.

Arbitró en la famosa Copa Algarve en Portugal el año pasado y tuvo una importante actuación en la Copa del Mundo Femenina de Canadá, disputada hace siete meses. Allí obtuvo excelentes puntajes y todo hacía suponer que sería la árbitra a la que se le asignaría la final, lugar que finalmente le asignaron a una argentina. En ese partido fue la cuarta árbitra, lo que se puede interpretar como un reconocimiento como la segunda jueza de ese torneo. Culminó el año con su participación en la Copa Libertadores Femenina.

Otras cosas que importan

En la enumeración de sus actividades arbitrales se puede atisbar un hueco entre 2013 y 2014. Es que el 26 de enero de 2014 nació Naomí, la hija que tuvo con Gabriel Popovits, también árbitro de ascendente carrera.

Cuando volvió, estaba intacta luego de alrededor de un año de ausencia en las canchas. Sus entrenamientos voluntarios en doble horario le permitieron mantener su forma física. A fines del año pasado salvó la prueba que deben sortear las mujeres, pero también la que se hace en igualdad con los hombres.

Es abogada desde 2012, trabaja en un banco estatal y va por otro título, el de escribana.

Una buena opinión desde la docencia

Ernesto Filippi fue profesor de Umpiérrez cuando era el titular de la Escuela de Árbitros. Se alegró francamente por su ascenso: “Es un hecho histórico su llegada a la primera categoría, condición alcanzada en forma muy meritoria”, manifestó el ex árbitro internacional. Consultado sobre sus virtudes específicas como árbitra, Filippi subrayó: “Lo principal es que entiende el juego: no sólo aplica el reglamento, sino que entiende muy bien el espíritu del juego y por eso se destaca”. Agregó que “es muy respetuosa y se hace respetar”. “Va a andar muy bien en Primera”, concluyó.

No caben dudas de que la presencia de Claudia Umpiérrez en las canchas uruguayas será un motivo de atracción extra en los partidos de Primera División. Lo principal es que será un faro que iluminará caminos para otras mujeres capacitadas, estudiosas y voluntariosas que encontrarán, también en el fútbol, su propia ruta.

Vaya esta nota periodística como pequeño regalo en el día de su cumpleaños número 33.