-Usted es miembro de la familia real de Baréin. ¿Qué quiere decir esto exactamente? ¿Qué privilegios y ventajas financieras representa?

-La familia real del Baréin son más de 2.300 miembros, la mayoría sin ningún compromiso con ella o con cualquier gobierno del país. El hecho de ser miembro de la familia real no me da ningún ingreso. Yo siempre fui un empresario independiente. Claro que mis padres me ayudaron durante mis estudios, como sucede en cualquier familia.

-¿Cómo llega usted al fútbol y cuáles son sus funciones actuales, en particular con respecto a la FIFA?

-Empecé en el fútbol como muchos jóvenes: jugué en un club bareiní, primero en los menores y después en los mayores, antes de integrar los primeros niveles de la administración futbolística. Fui elegido vicepresidente de la asociación nacional, y después presidente. Más tarde me nombraron en los comités de la AFC, y después en su comité ejecutivo. Al mismo tiempo, integré la Comisión de disciplina de la FIFA y, en 2008, el comité de desarrollo técnico, puesto que conservo hasta hoy. En 2013 fui elegido presidente de la AFC por amplia mayoría. En consecuencia, entré en el comité ejecutivo de la FIFA hace dos años.

-Usted dice haber heredado una AFC en una grave crisis. ¿A qué se refería exactamente?

-Estoy seguro de que usted sabe muy bien cuáles eran los problemas después de la suspensión de por vida a la que fue condenado el presidente anterior. Todo el mundo lo sabe, ya que se publicó mucho y se habló del tema abiertamente. La corrupción y el fraude con fines de enriquecimiento personal fueron parte del problema. El hecho es que bajo mi dirección avanzamos lentamente y cambiamos progresivamente las cosas en el buen sentido. Hoy, la AFC es una organización estable, con un alto nivel de profesionalismo y de cooperación, y con total transparencia.

-¿Por medio de qué estructuras se hizo el cambio? ¿Una Comisión de Ética, una agencia anticorrupción?

-Usted sabe muy bien que no constituimos ninguna Comisión de Ética (todavía) ni tampoco una agencia anticorrupción. Ni la UEFA [Unión de Asociaciones Europeas de Fútbol] ni la Conmebol [Confederación Sudamericana de Fútbol] cuentan con esos organismos. Lo que hizo a la AFC fue trasmitir cada sospecha de delito a la Comisión de Ética de la FIFA, de modo que ciertos administradores fueron debidamente condenados, lo que no sucedió en las otras confederaciones. Nunca defendí la idea de que una asociación, una confederación o inclusive la FIFA debieran formar una agencia anticorrupción: no somos la Policía y no es nuestro rol hacer aplicar la ley. Lo que defiendo, en cambio, es el hecho de que el fútbol se dote de un consejo externo profesional para liquidar la corrupción (como la empresa independiente que la FIFA creó a nivel mundial para combatir los partidos arreglados), que se reestructure la FIFA y se ayude a sus miembros (las asociaciones) a reestructurar sus actividades, para que los flujos de fondos ilegales no sean posibles. Esto se puede hacer con una estructura externa cuya única misión sería generar fondos para la asociación, la confederación o para la FIFA. Es lo que hace la UEFA, que en este aspecto es un modelo de separación eficiente entre administración y financiamiento.

-En su combate por una nueva AFC, ¿qué encuestas relativas a sus predecesores, los señores Zhang Jilong y Mohammed bin Hammam, se realizaron?

-Al contrario de otros, nuestras reformas, suspensiones y exclusiones son de conocimiento público. Después de la exclusión de por vida del anterior presidente, muchos administradores fueron investigados y excluidos. Todo fue publicado por la FIFA y la AFC.

-Joseph Blatter dice que el problema es de las confederaciones, no de la FIFA. ¿Cuál es su opinión?

-No hay actualmente una sola asociación de la Conmebol que no tenga uno de sus dirigentes suspendido, excluido o acusado de actividad criminal. Lo mismo la Concacaf [Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Fútbol] y varios miembros de América Central y del Norte se hallan en una situación de crisis profunda. Los nuevos dirigentes de la Conmebol tienen que reconstruir una confederación que fue el juguete de personajes corruptos, cuyo principal objetivo parece haber sido llenarse los bolsillos. ¿Qué tiene que ver eso con la FIFA? La respuesta es evidente.

-¿Cuál será el futuro de la Comisión de Ética de la FIFA si se crea una agencia anticorrupción?

-No propongo el reemplazo de una estructura por otra. Tampoco que la FIFA cree un organismo anticorrupción dentro de la federación. Acepto el hecho de que el señor Blatter creó una Comisión de Ética que fue aprobada por el Congreso de Mauricio. De ningún modo voy a disolverlo. Lo que recomiendo, en cambio, es que la FIFA trabaje con profesionales externos, que dispongan de las competencias necesarias para constituir un organismo anticorrupción fuera de la FIFA, capaz de supervisar el deporte.

-¿Quiénes compondrían dicha agencia y cómo serían designados sus miembros?

-Eso se verá más adelante, después de la elección. Tengo mis ideas, pero no tomaré una decisión solo. Solicitaré la opinión de los especialistas así como el apoyo del Congreso de la FIFA. Aunque mi intención es ser un dirigente activo, no pienso dirigir por decreto. Primero voy a escuchar, después voy a debatir, hasta que aparezca una propuesta y un acuerdo con el Congreso o, en casos de menor importancia, con el equipo de dirección. No se realizarán reformas sin el aval de la gran mayoría de los miembros.

-Usted retoma muchas medidas de la Comisión de Reformas y del programa de Jérôme Champagne. ¿Cuáles son sus propuestas específicas?

-Estoy de acuerdo con muchas de las reformas propuestas por la comisión. Pero mi enfoque difiere del de los demás candidatos. No pienso que sea serio, en estos momentos, hacer promesas vacías que no se pueden cumplir. Prometer duplicar, cuadruplicar o multiplicar por cinco la contribución de la FIFA a sus miembros no es realista, visto que el déficit del año pasado supera los 100 millones de dólares. Mi enfoque es definir los financiamientos para el desarrollo sobre la base de las necesidades reales. Mi equipo identificará las necesidades de cada miembro y buscará las respuestas adecuadas. En otro orden, quiero separar la actividad fundamental de la FIFA, que es la dirección del fútbol mundial, de los aspectos comerciales del deporte. Todos los problemas que tenemos hoy son la consecuencia directa de la mezcla entre plata y poder. Si soy electo, crearé un organismo externo encargado de generar todos los ingresos mediante la venta de derechos y los contratos con los patrocinadores. No precisamos reinventar todo. Basta con mirar los buenos ejemplos y adaptarlos a nuestras propias necesidades. Por último, seré un presidente no ejecutivo, que designará un equipo dirigente fuerte, sólido y profesional, que tendrá a su cargo los asuntos corrientes de la FIFA. Mi misión será desarrollar una visión estratégica y mejorar el nivel de desarrollo de los miembros del mundo entero. Voy a concentrarme en lo concreto. Pienso viajar y visitar regularmente a los miembros para conocer los problemas que tienen. Mis equipos analizarán las necesidades de los más pequeños en particular, y elaborarán programas que les permitirán desarrollarse más rápido que antes. Lo hice en Asia. Puedo hacerlo a nivel mundial.

-Insiste mucho en lo negativo de la politización de la FIFA. ¿Quénes son esos agentes políticos que usted denuncia? ¿Puede dar algunos ejemplos de esa politización?

-Me refiero a la política dentro de la FIFA misma. La política del deporte ha sido, generalmente, nefasta. Dañó más de lo que aportó. Con la separación del dinero y de la administración, eliminaremos la política y su corrupción.

-Preconiza la creación de una FIFA-business. ¿Quién controlará esa entidad y cómo se elegirán sus miembros?

-Estoy trabajando sobre eso actualmente, consultando a gran cantidad de profesionales entre los mejores, reconocidos mundialmente por su integridad. De ser elegido, publicaré mi propuesta detallada. No se preocupe. Se está avanzando.

-¿Qué opina de la Comisión de Ética? ¿Considera útil, como lo proponen otros candidatos, extender sus poderes al resto del mundo del fútbol?

-No comentaré lo que proponen otros. La Comisión de Ética tuvo altos y bajos. En los últimos tiempos tomó decisiones importantes. La AFC no habría colaborado con él desde el principio. Lo que algunos proponen hoy como una idea es una realidad desde hace tiempo. Fue la Comisión de Ética la que suspendió y excluyó a individuos que integraban la AFC. La AFC pide el apoyo de la Comisión de Ética desde hace años, y es un éxito. la Comisión de Ética ya tiene el poder de investigar en el seno de las confederaciones.

-Usted propone contratar nuevo personal profesional, “el mejor del mercado”. ¿Cuántos serían y cuánto le va a costar a la FIFA reclutar una mano de obra necesariamente cara?

-Cuando veo los sueldos que cobran hoy los más altos dirigentes de la FIFA, puedo declarar sin riesgo que con esos parámetros no va a haber ningún problema. Los profesionales que quiero los identifican expertos en reclutamiento de cuadros dirigentes. Yo jugaré un papel decisivo en la decisión final. Estas son decisiones claves. Y si soy electo es mi deber elegir, en calidad de presidente, a los mejores colaboradores, en quienes puedo confiar y con quienes quiero trabajar.

-¿No bastan las competencias que ya existen en el mundo del fútbol y en el seno mismo de la FIFA?

-Usted sabrá… El balance reciente en su región indica más bien lo contrario. También hay gente sincera, que busca realmente poner al fútbol en el lugar que se merece. Gente desinteresada y sin doble juego.

-En su nueva FIFA, ¿qué poder va a quedarle al Comité Ejecutivo?

-La última palabra la tendrá siempre el Congreso. Daré un nuevo impulso al Congreso, para que se convierta en un lugar donde se debate. En cuanto al Comité Ejecutivo, las reformas ya fueron planteadas y se votarán antes de la elección del presidente. Hay que ver qué pasa. No me parece útil hacer propuestas hoy, sabiendo que el nuevo presidente estará atado a las reformas que se decidirán antes de que entre en funciones.

-Usted apoyó a Michel Platini. ¿Qué comentario le inspira hoy la decisión adoptada contra él por la Comisión de Ética?

-La AFC apoyó a Platini y yo también lo hice. Platini apeló y no haré comentarios hasta el pronunciamiento de un veredicto definitivo.

-¿Qué diferencia existe entre usted y Gianni Infantino, quien también reivindica la herencia del francés?

-No haré comentarios sobre otros candidatos. Por lo demás, usted sabe bien que Platini no puede intervenir en las cuestiones del fútbol. Por lo tanto, es inútil especular sobre las preferencias de Michel.

-Usted se presenta como presidente no ejecutivo, pero controlando a los equipos, la FIFA-business y la FIFA-football, se convertirá, de hecho, en un superpresidente…

-Fíjese cómo funcionan las estructuras comerciales de los torneos interclubes más exitosos en el mundo. Es lo que quiero promover en la FIFA, sin que pierda por eso su integridad o la propiedad de sus derechos fundamentales.

-Si usted no es ejecutivo, ¿quién dirigirá la FIFA, quién será responsable?

-No ejecutivo no quiere decir que otros van a dirigir la FIFA. Significa que las actividades cotidianas estarán a cargo de tecnócratas, pero que las decisiones en términos de jerarquía seguirán en manos del presidente y del Comité Ejecutivo. No ejecutivo significa también escuchar, observar la realidad y obtener el acuerdo del Congreso para cada decisión mayor.

-Las remuneraciones en la FIFA son muy elevadas. ¿Qué hará usted para que la FIFA no sea percibida como un grupo de privilegiados que ganan lo que no merecen?

-La remuneración debe ser en función de las responsabilidades de la persona. Eso vale para cualquier organización. Para atraer a los mejores, la FIFA tiene que pagar salarios excelentes. Pero también hay que responsabilizar a los dirigentes. Los sueldos deben estar ajustados a los resultados. Si la ecuación entre resultado y salario es buena (los sueldos de todos los dirigentes serán de conocimiento público), entonces nadie pensará mal de la FIFA.

-Usted anuncia una evaluación de los dirigentes de la FIFA. ¿Quién hará esta evaluación sobre un personal elegido democráticamente?

-Usted mezcla cosas que no tienen relación entre sí. Ninguno de los empleados de la FIFA fue elegido por una asociación o por el Congreso. Yo me refiero a los directores de departamento, de división, a un puñado de dirigentes, que son empleados contratados. Está claro que tenemos que evaluar sus performances, y expertos en recursos humanos me asistirán en esta tarea.

-¿Cuál es su balance de los años Blatter?

-En este momento, resultaría desubicado hacer un balance de los 17 años de presidencia de Joseph Blatter. Él hizo grandes cosas por el fútbol de los países en vías de desarrollo y para el fútbol femenino. Y en el plano económico, el fútbol pesaba 40 millones de dólares cuando llegó a la FIFA, y hoy pesa 5.000 millones. Hay cosas que pudo hacer mejor, como exigir cuentas claras y controlar a sus pares. Algunos de los que formaron parte del Comité Ejecutivo durante décadas y en los últimos cinco o seis años faltaron a su deber, igual que él. Hay que destacar el hecho de que fue la Comisión de Ética, que él mismo creó, la que lo excluyó de por vida (ocho años, para un hombre que tiene 80, equivale a una pena a perpetuidad).

-Los criterios de redistribución del dinero establecidos en su programa son muy vagos. ¿Puede darnos criterios claros y objetivos?

-Hoy, países como Alemania, Inglaterra, Brasil, Argentina, Francia, Uruguay o Italia reciben los mismos fondos anuales de la FIFA que Barbados, Antigua y Barbuda, Nepal o Guam. Mi enfoque se basa en las necesidades. Las naciones de fútbol en desarrollo tienen problemas diferentes de los que tienen aquellas que han ganado torneos mundiales o disponen de un mercado lucrativo y de una verdadera estructura futbolística. Usted dice “vago”, pero para mí es algo que necesita una evaluación profesional. Mis equipos y yo evaluaremos las realidades concretas y desarrollaremos soluciones adecuadas y a la medida. Hay que esperar los resultados de dichas evaluaciones.

-Usted insiste en la autonomización de las asociaciones como prioridad. ¿Qué significa una asociación autónoma, cuando en América lo son todas?

-Es autónoma una asociación financieramente independiente. Lo que haré si soy presidente es enseñarle al hombre a pescar y no tirarle un pescado para que coma. La FIFA debe ofrecer instrumentos y conocimiento necesario a las asociaciones chicas (que son la mayoría de la FIFA hoy en día) para que generen ellas mismas fondos que las vuelvan viables. Prometerles un apoyo financiero cinco veces mayor es un mal enfoque, que aumenta la deuda de la FIFA. Yo presenté una lista de cosas prácticas que van a ayudar de verdad: construir canchas artificiales con alumbrado permitiría jugar al fútbol en cualquier circunstancia. Esas nuevas canchas pueden ser utilizadas para otro tipo de eventos y generar, de esa forma, fuentes de ingreso.

-¿Cómo luchar concretamente contra la partida prematura de los jugadores locales hacia clubes extranjeros?

-Hay que ayudar a las asociaciones a crear ligas nacionales atractivas, capaces de atraer nuevos espectadores y de generar un futuro futbolístico para los jugadores locales. Debemos trabajar juntos con la FIFPro. También debemos instaurar instrumentos que contribuyan a crear un espacio equilibrado, viable en lo económico y en lo financiero. Hay que analizar con precaución las realidades del fútbol moderno y extraer soluciones realizables. Se trata de un proceso, no de un programa prefabricado. El diálogo con los responsables juega un rol clave. Es lo que empecé a hacer en un pequeño país, Kirguistán, que perdió apenas 2-1 contra el campeón de Asia, Australia, y le ganó a Jordania 1-0. Es el modelo que quiero aplicar a escala mundial para aumentar las performances de los equipos nacionales, y así generar entusiasmo y apoyo a los equipos y ligas locales.

-Usted rechazó los dos debates entre candidatos propuestos por el Parlamento Europeo y ESPN. El debate público es una forma de democracia. ¿Puede darnos una fecha que le convendría para un debate futuro?

-No sé de dónde saca usted esa información. Es falsa. La propuesta de ESPN se abandonó porque sólo dos candidatos respondieron en la fecha límite fijada por el canal. Por mi parte, soy presidente de la AFC, y no puedo perderme eventos importantes de la AFC. Actualmente, la BBC encara la organización de un debate y no hay datos sobre quién aceptará participar y quién no. Me parece extraño que usted evoque la democracia en este contexto. Ninguna organización deportiva encara estas cosas. Ni el Comité Olímpico Internacional, ni ninguna otra. La democracia en la FIFA es el Congreso abierto a todos sus miembros. Acepto un debate en el seno del Congreso. Le hago notar que cuando un grupo británico envió un cuestionario a todos los candidatos, sólo dos respondieron, y yo fui uno de ellos.

-Usted anunció un cambio radical en los criterios de atribución de la Copa del Mundo para privilegiar los lugares en donde hay que desarrollar el fútbol. Y habló de una lista. ¿Cuáles serían sus favoritos para 2026, 2030, 2034?

-Concentrémonos en 2016 antes de ver qué puede pasar dentro de 18 años.

-Argentina y Uruguay proponen que el Mundial de 2030 se juegue en esos dos países para conmemorar los 100 años de la primera Copa de la FIFA…

-Es una excelente idea que merece apoyo. Uruguay, en particular, juega un papel clave en la historia de la FIFA. Es sensato celebrar el centenario allá.

-¿Qué hará usted si se comprueban irregularidades en la atribución de la Copa del Mundo de 2022 a Qatar?

-Si se comprueban irregularidades hay que tratar el problema a todos los niveles. Por ahora hay alegaciones e insinuaciones al límite de la difamación. No veo razones para revisar esta decisión tomada en momentos en que yo no formaba parte del Comité Ejecutivo. Y no pienso hacer nada si no hay evidencias suficientes de que sucedió algo ilegal.

-¿Que opinión le merece el fútbol uruguayo?

-Para un pequeño país de tres millones y medio de habitantes, es un éxito mayor haber ganado varias veces la Copa del Mundo y los Juegos Olímpicos. El match memorable de 1950, cuando Uruguay le ganó a Brasil, quedará para siempre en las memorias. Que este país vuelva a un alto nivel después de 40 años de ausencia, conquistando el cuarto puesto en Sudáfrica, es una prueba de que las cosas pueden evolucionar bien. [Luis] Suárez, [Edinson] Cavani y [Diego] Forlán figuran entre los mejores players del mundo.

-Ha sido acusado de reprimir a los atletas bareiníes en 2011. ¿Es cierto que algunos equipos fueron castigados? ¿Qué rol juega el fútbol en la convivencia entre sunitas y chiitas? ¿Condena usted la represión que produjo muertos en 2011?

-Cinco equipos se negaron a jugar los partidos de la Liga y, en consecuencia, descendieron. Pasaría lo mismo en cualquier lugar. En cuanto a las alegaciones infundadas contra mí, el comité que supuestamente presidí no se reunió jamás porque nunca se formó. Condeno todas las acciones en cualquier parte del mundo en las cuales inocentes pierdan la vida. Ya sea en mi propio país o en cualquier otro lugar. En cuanto a las diferencias religiosas, no existen en el fútbol de mi país. Como presidente de la AFC, fui el presidente de todo el fútbol bareiní. Y bajo mi presidencia, no tuvimos nunca problemas de este tipo.