Danubio consiguió un triunfazo en la villa del Cerro ante los locatarios, en el Tróccoli -cancha difícil si las hay- con un gol del salteño Jonathan dos Santos, tras una tremenda arremetida del juvenil de 17 años Joaquín Ardaiz, que llegó hasta el fondo de la cancha y mandó un centro de zurda al medio para que su compañero definiera. La victoria danubiana no sólo fue importante porque lo dejó como líder, asunto que fue a defender como visitante, sino por cómo se dio. El partido, claramente, fue favorable para Cerro en oportunidades de gol, juego y despliegue, pero este Danubio tiene esas cosas. Michael Etulain, su golero, fue una figura formidable en la tarde dominguera: cortó centros, voló, atajó pelotas de gol; fue el gran responsable de que Danubio mantuviera el arco en cero. Y Leonardo Ramos tiene esas cosas. Pareciera que el traje de héroe le queda bien al tejano, que nació en Progreso y fue campeón uruguayo y alguna vez se prometió salir campeón con Danubio, el cuadro de sus amores. Lo logró en 2014 y Leo quiere más. Podrá irle bien o mal, pero siempre tiene el ojo blindado para subir juveniles a Primera División y traer futbolistas desde el ascenso argentino, lugar que por muchos años frecuentó y conoce al dedillo. En conclusión, una victoria danubiana que reconforta por lo que costó, ante un rival que juega muy bien y también iba por la punta de la tabla. Estos partidos marcan las campañas.

Potencia

Etulain, Ardaiz y Dos Santos. Nombres a recordar. Los tres, con sus últimos rendimientos, fueron importantísimos, cada uno en su puesto, para estas últimas dos victorias en fila de Danubio. En Jardines del Hipódromo, la semana pasada, el golero danubiano atajó casi todas y le dio la chance a la franja de poder luchar el partido hasta el final; ayer, definitivamente, su actuación fue perfecta. En lo que respecta a los delanteros, siempre es bueno tenerlos finos. El goleador de la Curva de Maroñas, Juan Manuel Olivera, no apareció con sus anotaciones ni ante Peñarol ni ante Cerro, pero Joaquín Ardaiz y Jonathan dos Santos fueron determinantes. Hace una semana, los dos hicieron goles, uno para empatar el match, el otro para ganarlo; ayer, el pibe que entró por Olivera trepó por la izquierda con una potencia impresionante para dejar a Dos Santos de cara al arco, para empujarla y desatar el grito heroico en un partido que estaba complicadísimo. Después, a aguantar y aguantar. Defensa férrea con Gonzalo Rocaniere y Malrechauffe y despliegue físico con Saracchi y el enorme Gonzalo González, que bancó la toma en la mitad de la cancha y les dio la pelota limpia a sus compañeros Jorge Graví y Nachito González. El Uruguayo está entreverado, y en la próxima Danubio recibirá a River, que levantó y pudo ganar; Cerro, que quedó a cuatro puntos de los líderes y está en carrera, tendrá que visitar a Villa Española para ganar y seguir prendido.