El titular de la Intendencia de Montevideo (IM), Daniel Martínez, opinó sobre el proyecto de ley que envió el Poder Ejecutivo a la bancada de Diputados del Frente Amplio para regular el funcionamiento de Uber y otros servicios de transporte de personas. “Nuestra idea es establecer reglas de juego, lo decimos hasta el cansancio. No es que estemos en contra de la aplicación de tecnología ni en contra de nuevos sistemas. Decimos que hay que respetar las reglas de juego”, dijo Martínez en rueda de prensa. El jefe comunal capitalino consideró que a veces hasta le “duele un poco que tanta gente, por calentura con [Óscar] Dourado y con su gente, termine olvidándose de que hay miles de taxistas que son trabajadores, y de que hay miles de dueños de taxis que invirtieron toda su vida para tener eso y hoy se están fundiendo”. A diferencia de otros proyectos que se presentaron desde el arribo de Uber, este texto se centra en el transporte de personas como un servicio de interés público, incluye un aumento de las sanciones y hasta prevé la posibilidad de la prohibición de aquellos servicios que no cumplan con la normativa vigente. “Creo que no hay que ser insensible. ¿Por qué nosotros defendemos el concepto de transporte público regulado? Porque el día de mañana, en Cantera del Zorro, Marconi, Las Acacias y Chacarita de los Padres, lugares de los llamados “rojos”, a las cuatro de la mañana hoy hay taxis, porque tienen la obligación de contar con un servicio que vaya. Podrá demorar más o menos. ¿Ustedes saben que los días de paro Uber cobra mucho más? ¿O que en ciertos horarios Uber cobra mucho más? Cuando el taxi no exista, ¿quién va a garantizar el servicio público? Por eso nosotros venimos trabajando muy fuertemente. Ha costado encontrar el camino. La libreta nos pareció una buena forma de obligar a respetar las reglas de juego de los uruguayos. No somos una república bananera, somos un país que tiene decretos y leyes”, aseguró el intendente de Montevideo.

En cuanto al servicio de taxis, la IM dio a conocer ayer un decreto para renovar la normativa que lo regula, producto de los avances en el proceso de trabajo “exitosamente realizado con operadores del servicio”. El decreto establece que a partir del 1º de marzo de 2017 quedarán desafectados como taxis “aquellos vehículos que superen los seis años” y que estos no podrán ser sustituidos por unidades usadas con una antigüedad mayor a los tres años de su primer empadronamiento. También establece que a partir del 1º de octubre de 2016 los vehículos nuevos destinados a ser taxis por renovación o sustitución de un usado “deberán cumplir” con al menos seis de una serie de medidas mínimas que se describen en el texto del decreto, por ejemplo, que “entre la parte más saliente hacia atrás de la mitad superior de la mampara y el respaldo del asiento trasero” haya “0,69 metros medidos en forma horizontal” o que “entre la mampara y el sillón del asiento trasero”, haya “0,22 centímetros, medidos en forma horizontal”, entre otras. Además, establece que los taxis tendrán un sistema de aviso y localización de seguridad o auxilio para situaciones de riesgo o alarma, y deberán estar equipados con sistema de GPS.

Martínez consideró que el nuevo decreto “obliga, desde la presencia física, el vocabulario, la limpieza, a tener condiciones dignas y mejorar el punto débil por el cual Uber se metió, que es la mala imagen que tienen buena parte de los taxis”. “En la primera reunión que tuvimos con la intergremial de transporte les dije: está todo bien, Uber son unos pistoleros que vienen de afuera, no negocian nada y se meten de pesados. Yo les dije: ahora, muchachos, reconozcan que la respuesta es mala en tiempo y forma; a veces hay taxistas que andan a los gritos peleando con la gente; a veces [por] la presencia física te da miedo meterte en un taxi; el tema de la mugre, ni que hablar; hay autos chicos que tienen mampara, que no vamos a permitir más”, concluyó.