El domingo de noche, después de conocerse los primeros resultados de las elecciones municipales chilenas, el ex presidente Ricardo Lagos, con una cara que acompañaba sus dichos, reconoció: “Debemos reponer energías, no podemos desconocer lo que las urnas nos han dicho”. La coalición gobernante, Nueva Mayoría, de la cual él es precandidato para las elecciones de 2017, fue derrotada en varias de las principales comunas.

Otro ex presidente, Sebastián Piñera, apareció en público con una sonrisa en la cara: “Quiero agradecer a todos los chilenos que fueron a votar y quiero tirarles las orejas a todos los que no lo hicieron”. Piñera bromeó con la frase, pero los datos de la abstención cayeron como un balde de agua fría en Chile: las elecciones tuvieron la menor participación desde el regreso a la democracia, 35%.

El domingo la coalición opositora Chile Vamos superó a la oficialista Nueva Mayoría en porcentaje de votos y número de gobiernos. La oposición tuvo 42% de los votos y gobernará 144 de los 346 municipios chilenos, mientras que el oficialismo logró 41% de apoyo y 141 municipios. El partido más votado fue el opositor y derechista Unión Demócrata Independiente, que con 15% de los votos gobernará 52 municipios. Dentro de la coalición que gobierna Chile, el más votado fue Democracia Cristiana (14% de los votos, 43 municipios).

La presidenta Michelle Bachelet dijo que los resultados y la abstención son un “mensaje de advertencia” para el gobierno y Nueva Mayoría. “Como coalición hemos mostrado más división que unidad en temas que importan a los ciudadanos”, aseguró. “Tenemos que deponer los personalismos y los cálculos de corto plazo y unirnos para reconquistar el más amplio apoyo ciudadano”, agregó. Ayer Bachelet se reunió con el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, que al salir fue consultado sobre si hubo renuncias en el gobierno. La semana pasada, cuando la presidenta hizo tres cambios en el gabinete, dentro del oficialismo se reclamó que fueran removidos ministros del círculo más cercano a Bachelet. Lo mismo se reclamó ayer, pero la presidenta lo descartó de plano: “Suponer que lo que pasó es culpa de tres o cuatro personas es un análisis superficial”.

Quien sí se alejó de su cargo fue el director del Registro Civil, Luis Acevedo. Este organismo fue el responsable del error que hizo que casi medio millón de votantes aparecieran registrados en ciudades que no eran las suyas.

Los presidentes del Senado y de Diputados, Ricardo Lagos (hijo del ex mandatario) y Osvaldo Andrade, propusieron cuatro medidas en un comunicado. Una consiste en discutir con todos los partidos reinstaurar el voto obligatorio u otras medidas para mejorar la participación electoral. Las otras tres refieren a la interna de Nueva Mayoría: que el gobierno configure una agenda acotada para lo que queda del mandato, porque “seguir insistiendo en hacer demasiadas cosas no nos lleva al éxito en las tareas que nos proponemos cumplir”. En esa agenda, agregan, deberían estar incluidas la reforma de la educación y el proceso constituyente. A su vez, piden que la coalición se comprometa a respaldar este plan y que defina “su perspectiva de futuro”.