Lo mejor que se vio ayer de tarde en el Parque Capurro fue el segundo gol de Fénix. Que Lucas Cavallini iba a estar en el área no era novedad. Ahí estaba. Mientras, los albivioletas se asociaron por la izquierda buscando el desborde. El centro fue preciso y el gesto técnico de Cavallini mejor aun: metió una chilena espectacular que conectó de zurda para poner el 2-1 que quebró el partido. No sólo fue una maravilla, sino que fue el desequilibrio para un encuentro hasta el momento igualado. Marcó el punto de inflexión a 10 minutos del final, lo que terminó volcando los puntos para Fénix con el 3-1 del final.

Antes y después el conjunto de Rosario Martínez fue mejor con la pelota, pero sufrió por desatenciones en defensa. Prácticamente en la primera pelota en profundidad que tuvo Defensor cayó la apertura en el marcador. Fue un ataque rápido: Matías Cabrera metió un buen centro y Maximiliano Gómez con un preciso cabezazo puso el 1-0 para la visita. Y el equipo de Eduardo Acevedo podría haber seguido de largo si no fuera por los desaciertos de Gonzalo Bueno y Nicolás Olivera en las definiciones.

Lejos de bajar los brazos, Fénix siguió proponiendo. Fabián Estoyanoff fue lo mejor por ambas bandas, superando a los laterales de Defensor Matías Zunino y Mathías Suárez, que se turnaron para marcarlo sin demasiado éxito. Pese a la insistencia de Estoyanoff, Fénix no estuvo certero en la última zona ofensiva y recién en el segundo tiempo le encontró la vuelta al trámite.

Fue importante para los intereses albivioletas empatar rápido en el inicio de la parte complementaria. Estoyanoff, recostado por la izquierda, se juntó con Juan Álvez, vino un tuya y mía y una falta sobre el Lolo. El propio delantero se encargó de levantar el centro, nadie la pudo despejar y Diego Ferreira, con traje de goleador a lo pescador, estaba solo para tocarla y poner el 1-1 a los 55 minutos. En adelante fue todo de Fénix. Mejor parado en la mitad de la cancha, controló balón y situaciones; distribuyó mejor de mitad de cancha en adelante y se paró firme en defensa, sobre todo cortando en la primera línea cualquier opción de contragolpe que insinuó Defensor. Gastón Rodríguez, juvenil arquero de la viola que ingresó al final del primer tiempo por la lesión de Guillermo Reyes, tapó un par de situaciones que bien pudieron ser la diferencia para Fénix. Muy por el contrario, Darío Denis, pasó de ser decisivo en el primer tiempo a ser casi un espectador en buena parte del segundo.

A falta de diez minutos llegó la mencionada chilena maravillosa de Cavallini. Ya en el último tramo del partido, con Defensor tirado el todo por el todo en busca del empate, y con un Fénix con línea de cinco para aguantar el mostrador y los tres puntos, una contra por la izquierda -no es casualidad que haya sido por donde estaba Estoyanoff- terminó en el tercer y definitivo gol para el local. Pero atentti: cuando estaban 2-1, Denis apareció, tal cual el primer tiempo, para contener un tiro libre de Cabrera y un zapatazo desde afuera del área, a la carrera, de Carlos Benavídez. Atajadas vitales que forjaron la victoria.