Interpelada por la diputada del Partido Nacional Graciela Bianchi, la ministra de Educación y Cultura, María Julia Muñoz, reconoció algunos “problemas y desafíos” en su gestión, como las condiciones edilicias de algunos centros de enseñanza, los niveles de repetición y de rezago, y las debilidades de la Educación Media, que, a su entender, surgen desde gobiernos anteriores. “Los uruguayos consideramos por mucho tiempo verdades absolutas alejadas de la realidad, como que la educación uruguaya en la década del 50 era perfecta. Pero a la Educación Media llegaba apenas el 20% jovenes. La primaria fue pensada para que todos concurrieran, pero la secundaria era un preuniversitario. Todos los niños y jóvenes tienen que estudiar de los 3 a los 17 años y todos tienen que terminar la enseñanza secundaria”, dijo.

La ministra agregó que desde la oposición se está “manipulando malintencionadamente los datos para construir un relato de que todo está mal y mucho peor que antes”, pero señaló logros como que los alumnos se duplicaron. “¿Es un desastre un sistema educativo que pasó en 30 años de 500.000 estudiantes a un 1.000.000? ¿Es un desastre que 150 años después de la fundación de la Universidad de la República se haya formado una segunda universidad? Es cierto que en los diferentes sectores hay situaciones desparejas, pero no se puede decir que todo está mal”, dijo, y rechazó “la afirmación falaz de que en educación es un desastre”.

También destacó como logros el Plan Ceibal y el Plan Ibirapitá, y el lugar que se le dio a la participación: “No se puede avanzar sin los docentes, sin comunidad educativa, sin los padres ni los educandos. La participación puede ser el camino más lago pero es el único posible”

Muñoz luego se refirió a los ataques de Bianchi al presidente del Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de Educación Pública, Wilson Netto. “No necesita de mi defensa, porque exhibe méritos y virtudes destacadas”, dijo, y citó evaluaciones a Netto del año 1996, firmadas por la diputada blanca, donde se puntúa su actuación como “muy buena”, “adecuada” y “correcta”. “Tiene la experiencia y el temperamento para dirigir personas y procesos complejos”, dijo, y recordó que figuras como Gabriel Calderón, dramaturgo y actor, le hablaron de las virtudes de Netto como docente.