Pence llegó al debate más presionado que su oponente. Por un lado, porque hay coincidencia en que en el primer debate entre los candidatos a presidente, el lunes 26 de setiembre, Trump fue derrotado y el martes era la primera oportunidad de revancha. Por otro, porque Clinton aventaja al empresario en las encuestas: el martes la CNN dio a conocer un sondeo en el que la demócrata aparece por encima del republicano -47% a 42%-, y en las últimas semanas distintas encuestas la muestran con ventaja en los estados que suelen definir las elecciones. Pero, además, la campaña de Trump ha sido torpedeada en los últimos días por noticias que no dejan bien parado al candidato, entre ellas las vinculadas a maniobras para tratar de pagar la menor cantidad de impuestos posible y acusaciones de que violó el embargo a Cuba.

El compañero de fórmula de Trump apareció más cómodo durante el debate que su contendiente y repasó varias de las críticas a Clinton, algunas de las cuales el empresario no había mencionado cuando le tocó debatir. La acusó, por ejemplo, de haber beneficiado como secretaria de Estado a las organizaciones extranjeras que donaban a la fundación que tiene junto a su esposo, el ex presidente Bill Clinton.

Pence recordó que hace unos meses la candidata dijo que los seguidores de Trump eran “deplorables” y aseguró que tuvo un mal desempeño en el gobierno de Barack Obama. “Porciones enteras del mundo giran fuera de control por culpa de la gestión de Clinton como secretaria de Estado”, aseguró.

Pero quizá la mayor fortaleza de Pence estuvo en que asumió el tono serio, medido y responsable que Trump no suele mostrar. En contados momentos el candidato a vicepresidente replanteó algunas de las propuestas que Trump ha expuesto en tono escandaloso, y trató de darles mayor contenido; en otras ocasiones directamente evitó detallarlas. En sus exposiciones también hizo hincapié en el costado más republicano de la candidatura de Trump y se mostró como un hombre de partido, lo que podría llevar a que la fórmula sume votos dentro de este.

Pence esquivó algunos de los ataques contra Trump esgrimidos por Kaine o propuso una defensa limitada. “¿Le parece justo que haya evitado pagar impuestos durante años?”, fue la primera pregunta de la moderadora, la conductora del canal CBS News Elaine Quijano. “Trump es un hombre de negocios, no un político de carrera”, dijo el dirigente, antes de destacar que hizo “lo mejor, lo que debía: ofrecer miles de trabajos para los estadounidenses”. Cuando las preguntas en esta línea continuaron, pero de la mano de Kaine, se llamó a silencio y destacó que -a diferencia de Trump- él sí publicó su declaración de impuestos de la última década, tal como suelen hacer quienes aspiran a llegar a la Casa Blanca.

“No puedo creer que defiendas a Trump”, le decía Kaine a Pence durante el debate. “Quiero ver si realmente puedes defender lo que ese hombre dice”, lo desafió antes de empezar a hacerle preguntas concretas sobre sus iniciativas. Se refirió al asunto migratorio, acusando a Trump de “querer deportar a 16 millones de personas”, y cuestionó: “¿Cómo lo harán?”. Pence evitó responder a esa pregunta y opinó que el sistema migratorio actual necesita ser reformado para “asegurar las fronteras”.

Un desvío similar hizo el político cuando Kaine lo cuestionó por la declarada admiración de Trump hacia el presidente ruso Vladimir Putin o cuando le preguntó cómo evitarían que los grupos terroristas accedan a armas nucleares si más países empiezan a tenerlas, tal como propone el empresario. En esos embates más directos fue que quedó en evidencia la distancia entre las propuestas de Trump y Pence.

Ayer Clinton dijo en Twitter que al menos en diez ocasiones Pence ignoró o rechazó lo que Trump dijo o hizo en el debate presidencial. “En defensa de Mike Pence, nosotros tampoco querríamos tener que defender a Donald Trump”, agregó en la red social. Fueron varios los tuits de la cuenta de Clinton dedicados a publicar videos cortos en los que se mostraba a Trump diciendo una cosa en el debate presidencial y a Pence negándola o respondiendo algo distinto en la noche del martes.

La reacción de Trump en Twitter fue más limitada. “Mike Pence ganó a lo grande. ¡Todos deberíamos estar orgullosos de Mike!”, dijo. Otra de sus pocas publicaciones referentes al debate fue una queja por “las constantes interrupciones” de Kaine a Pence.

En este debate, el demócrata se ocupó de atacar a Pence mediante las propuestas de Trump, mientras que el republicano intentó no caer de lleno en esos embates y mantener un discurso moderado y hasta aburrido. Esto llevó a que algunas lecturas del debate señalen que Kaine se mostró demasiado agresivo, que interrumpió más veces de las necesarias y que hasta se lo vio nervioso, en particular cuando Pence evitaba responder sus preguntas.

Constantemente Kaine buscaba que su contrincante tropezara, algo que logró cuando insistió con las declaraciones de Trump de que si es presidente expulsará a todos los inmigrantes y con sus insultos a los mexicanos. “Ya estás otra vez con esa cosa mexicana”, respondió Pence en uno de sus peores errores de la noche. La frase tuvo respuestas en las redes sociales, que con el hashtag #ThatMexicanThing se referían a los aportes que los inmigrantes hacen a Estados Unidos. “#ThatMexicanThing en la que los inmigrantes indocumentados pagan más impuestos que Donald Trump”, escribió Pili Tobar, directora de Comunicaciones de Latino Victory Project, según reseñó la agencia de noticias Efe.

Los debates entre quienes se postulan a la vicepresidencia en Estados Unidos no suelen tener una repercusión tan fuerte como los que enfrentan a los candidatos a la presidencia, pero se considera que uno u otro ganó si consiguió no empeorar las intenciones de voto de la fórmula. Si bien el desempeño de Pence fue más destacado que el de Kaine -también porque todas las miradas estaban puestas en él, que tenía una labor más difícil que la de su contendiente en el debate-, esto no implica que su triunfo se traslade a su compañero de fórmula, en particular si se tiene en cuenta que al debatir evitó responder algunas preguntas sobre Trump y bajó el tono a algunas de sus propuestas. Fue un buen debate del republicano, pero permanece la duda de si eso repercutirá en un aumento de los votos a Trump, en especial si se considera que el propio perfil del empresario hace pensar que las intervenciones de su candidato a la vicepresidencia, bastante más medidos, no serían tenidos en cuenta en la Casa Blanca en caso de un triunfo de la fórmula republicana.