Simon’s Cat (el gato de Simon) comete mil tropelías para conseguir comida en una casa rural británica. Simon Tofield es el creador de este personaje, cuyas andanzas, primero en dibujos animados caseros y luego en historieta, fueron inspiradas por las de sus cuatro felinos de carne y hueso. Tal ha sido su éxito que en Uruguay circulan nueve libros.

Tofield es un animador inglés que saltó a la fama casi por casualidad. En 2007, cuando trabajaba para un estudio de animación, hizo en su casa un dibujo animado muy breve llamado Cat man do, inspirado sobre todo en uno de sus cuatro gatos, que hacía de todo para despertarlo y recibir el desayuno. El estudio lo publicó en su sitio web y después alguien lo republicó en Youtube, donde se viralizó en pocos días. Hoy ese video suma 58 millones de reproducciones, y es el primero de una larga lista de cortometrajes que Tofield realizó con el gato sin nombre.

Las animaciones están hechas con dibujos planos en blanco y negro, y casi todos los volúmenes de Simon’s Cat también. En parte trasladan los gags de los cortometrajes, pero tienen infinidad de chistes originales y suman cientos de páginas.

Los libros tienen varias características que los diferencian de otros productos gatunos. Son mudos, los personajes no tienen nombre -salvo el propio Simon-, los chistes son inocentes y, en general, abarcan tópicos cotidianos de la vida de un gato hogareño, sin el recurso fácil y habitual de humanizarlo -aunque en algunas ocasiones el animal realiza acciones como tomar una caña de pescar-. “Como animador, encuentro que [los gatos] son los modelos perfectos. No necesitan hablar porque su lenguaje corporal es muy elocuente. Son animales muy expresivos” dijo hace unos años Tofield al diario argentino La Nación.

Con nueve libros en la calle, podría ser difícil resolver por dónde entrar al mundo de este gato y sus compañeros anónimos, como el perro, el puercoespín, los pajaritos, el gatito y el vecino pelado. Un criterio podría ser el del precio, ya que algunos (Quiero jugar, Despierta y Tengo hambre) son más chicos y accesibles. También se puede empezar por el compendio El gran libro de Simon’s Cat, que funciona como una selección, o por Simon’s Cat contra el mundo, formado por chistes a color de una página, cada uno con un subtítulo.

Y aparte está la serie central de libros, todos en blanco y negro y con tapa dura, que se pueden leer o mirar de forma independiente. El único arco argumental que se introduce es la aparición de un segundo gatito al que el protagonista pelea durante muchísimos chistes, pero con el que termina viviendo, previsiblemente, unas cuantas aventuras.

El gran atractivo de las animaciones y las tiras está en la capacidad expresiva del gato, que es consecuencia directa del trazo de Tofield y de su ojo para convertir los gestos cotidianos del animal en chistes. Si bien la línea que usa es muy sencilla, tiene cierta calidez en las formas, un mérito que se encuentra en casi todos los otros gatos famosos salvo en Gaturro, un adefesio gráfico cuyo éxito muestra que muchos niños y padres son atraídos por los colores brillantes. Simon’s Cat es una alternativa para quienes disfruten de las mascotas y del humor gráfico bien hecho.