A Trump le dispararon de todos lados esta semana, pero sigue en pie. Su campaña electoral se vio minada, especialmente por las sospechas que empezaron a crecer en torno a su declaración de impuestos, que sigue sin publicar. Clinton le reclama desde hace semanas la publicación de estos documentos, algo que hacen todos los candidatos presidenciales estadounidenses desde la década del 70, y el republicano responde que lo hará una vez que las autoridades impositivas terminen de auditarlos. El tema volvió a ser el centro de atención el sábado, cuando el diario estadounidense The New York Times aseguró haber tenido acceso a una declaración de impuestos del empresario de 1995 que indica que evitó, dentro de los márgenes legales, pagar impuestos durante 18 años. Según el artículo, esto fue posible porque Trump declaró ese año una pérdida de 916 millones de dólares y, gracias a las reglas fiscales del país, pudo usar esas pérdidas para cancelar una cantidad equivalente en un período de 18 años.

En el artículo, los periodistas aclaran que contactaron a Trump antes de publicar la información y que el empresario no quiso hacer comentarios. Sin embargo, su equipo de campaña envió al diario un texto que señala que el candidato “es un hombre de negocios altamente calificado que tiene una responsabilidad fiduciaria con su negocio, su familia y sus empleados de pagar no más impuestos que la obligación legal”. La nota agrega que el republicano “ha pagado cientos de millones de dólares en impuestos” y que “conoce el código fiscal mucho mejor que cualquiera que haya sido candidato a presidente y es el único que sabe cómo solucionarlo”. En ningún momento dice que la información es errónea.

La respuesta por parte del propio Trump llegó recién el lunes. “La injusticia de las leyes fiscales es increíble; es algo de lo que hablé durante mucho tiempo, pese a haber sido uno de los grandes beneficiarios de esas leyes, pero ahora estoy trabajando para ustedes, no para Trump”, dijo en un acto en Pueblo, Colorado. “Como hombre de negocios y como promotor inmobiliario usé legalmente las leyes fiscales para mi beneficio, el de mi empresa, mis inversores y mis empleados”, explicó, antes de agregar: “Para ser honesto, las usé brillantemente”. Finalmente, dijo que entiende el código fiscal “mejor que casi todos” y que, por eso, “puede arreglarlo”. No se refirió explícitamente al artículo publicado el sábado ni desmintió la información.

Los expertos en impuestos consultados por The New York Times aclararon que Trump no hizo nada ilegal. Pero para su oponente demócrata, el hecho de que la maniobra no haya sido ilegal no significa que sea totalmente ética. “¿Qué clase de genio pierde 1.000 millones de dólares en un año? Esto es Trump, que ha tomado el exceso corporativo y ha hecho un negocio de él”, dijo Clinton el sábado en un acto en Ohio. Unos minutos antes, la ex secretaria de Estado propuso una ley que obligue a todos los candidatos presidenciales a publicar sus declaraciones de impuestos, y dijo que dejar que Trump arregle el sistema fiscal de Estados Unidos es como “dejar al zorro cuidar el gallinero”. En tanto, el director de campaña de Clinton, Robby Mook, dijo en un comunicado que Trump no sólo “estafó a pequeños negocios, despidió a empleados y abandonó a esas comunidades trabajadoras”, sino que, además, “pudo evadir el pago de impuestos por casi dos décadas, mientras decenas de millones de familias trabajadoras sí pagaron los suyos”.

El problema impositivo de Trump apareció en un nuevo video de la candidata demócrata en el que presenta a su rival como “un empresario fallido que se ha hecho rico a expensas” de los ciudadanos. Clinton advierte al electorado: “Esto es lo que nos muestran tres páginas de sus impuestos; imagine lo que esconde en el resto”.

Hay más

El candidato del Partido Republicano todavía no había terminado de enfrentarse a las acusaciones sobre sus impuestos cuando la fiscalía de Nueva York anunció, el domingo, que la Fundación Trump tenía que “cesar de inmediato” cualquier actividad de recaudación de fondos en ese estado. El fiscal general neoyorquino, Eric Schneiderman, explicó que la fundación viola las leyes estatales porque está recaudando fondos sin estar registrada en la Oficina de Organizaciones Benéficas del estado. Las autoridades le dieron a la organización un plazo de dos semanas para que presente la documentación requerida para poder pedir donaciones, incluidos sus informes anuales financieros. La semana pasada, el diario The Washington Post divulgó que la fundación de Trump no tenía el certificado para pedir donaciones y acusó al empresario de utilizar “más de un cuarto de millón de dólares” de su fundación para pagar denuncias en su contra vinculadas a acciones con fines de lucro. La portavoz de la campaña del empresario, Hope Hicks, dijo que la fundación va a “cooperar plenamente” con las autoridades, pero reconoció que estaban “muy preocupados por las motivaciones políticas” detrás de la investigación, en especial porque el fiscal a cargo es demócrata. Trump no se refirió públicamente al tema.

Un par de días antes, la revista estadounidense Newsweek reveló que el republicano intentó hacer negocios en Cuba a finales de los años 90, algo que estaba prohibido a causa del embargo. Según la publicación, la empresa Trump Hotels & Casino Resorts encargó en 1998 a una empresa consultora que realizara un viaje a Cuba para evaluar si era posible desarrollar ahí su negocio. Un ex empleado de Trump dijo a la revista que el empresario estaba al tanto de la situación. Aunque al final la empresa decidió no invertir en Cuba, la consultora cobró más de 68.000 dólares por su trabajo. Trump reiteró varias veces durante la campaña que, si llega a ganar en noviembre, intentará revertir la normalización de las relaciones entre su país y la isla que inició el presidente Barack Obama. El equipo de campaña de Clinton reaccionó de inmediato. “Los negocios de Trump con Cuba parecen haber violado la ley e incumplido la política exterior estadounidense y contradicen sus declaraciones públicas”, afirmó el asesor político de la candidata, Jack Sullivan. “Trump siempre antepondrá sus intereses económicos al interés nacional”, agregó.

El mismo día, el diario Los Angeles Times publicó declaraciones de ex empleados de Trump de su club de golf en California que afirman que su jefe pedía que se contratara exclusivamente a mujeres “atractivas” y que, en una ocasión, exigió que se despidiera a una moza “profesional y competente” porque tenía sobrepeso. Esto forma parte de una demanda que iniciaron los ex trabajadores contra el republicano por cuestiones laborales, tales como no contar con pausas para comer o trabajar muchas horas seguidas.