Con un gol de Manuel Castro a los 33 minutos, jugando el sábado como local en el Parque Alfredo Viera por la octava fecha del Uruguayo Especial, Montevideo Wanderers se impuso 1-0 a Boston River, llegó a su tercer partido consecutivo invicto y se situó, tras los resultados de ayer de Nacional y Danubio, como uno de los escoltas del campeonato.

El equipo de Gastón Machado sabe cuáles son sus mejores armas, se reconoce en ellas y saca provecho de sus virtudes. El único gol para vencer al duro Boston River llegó tras un rápido ataque del bohemio, con toques veloces y un pase filtrado al medio del área para Sergio Blanco, que definió bien aunque Adrián Berbia tapó su remate. Tras el despeje corto, llegó el oportuno cabezazo de Manuel Castro, que motivó el único grito de gol de la tarde.

En el subjetivo orden de lo justo y lo merecido, estuvo bien que ganara Wanderers. Fue mejor durante la mayor parte del partido, controló el juego con un mediocampo muy dinámico -se destacaron particularmente el Mago Matías Santos y Adrián Colombino, tanto en la marca como en la creación-, generó más chances que el rival y, cuando le tocó defender, lo hizo muy bien. Más aun: si no fuera por un par de buenas intervenciones del Gallego Berbia -que fue figura- y de la defensa de Boston River, el bohemio podría haber ganado por una diferencia mayor. El propio Castro, Santiago Martínez y Sergio Chapita Blanco estuvieron cerca de anotar, pero siempre se encontraron con Berbia, que tuvo una buena tarde.

Boston River, por su parte, no fue poca cosa. Sus mejores momentos estuvieron al principio y al final del partido, producto de algo que practica y le sale bien: la presión alta. Sobre todo al inicio, le causó muchas dificultades en la salida a su rival. Pese a eso, que le dio varias posibilidades de hacerse con la pelota cerca del arco bohemio, Boston no generó muchas chances sobre el arco de Leonardo Burián. Hay que remontarse a los primeros minutos del encuentro para encontrar que Bruno Foliados estrelló un tiro en el palo, cuando el arquero poco tenía para hacer.

La victoria del bohemio dejó otra consecuencia: se terminaron los invictos en el Uruguayo Especial, dato que, aunque no parezca -porque perder es perder, y punto-, habla bien de Boston River. Nuevo en Primera División, con la expectativa depositada en mantener la categoría más que en ninguna otra cosa, el equipo dirigido por Alejandro Apud pasó casi medio campeonato sin conocer la derrota.