Ayer el Tribunal Superior de Reino Unido emitió un fallo en el que establece que es el Parlamento el que debe decidir si activa el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que es el que inicia el proceso de salida de la Unión Europea (UE). Este fallo se convirtió en un obstáculo para el gobierno de la primera ministra, Theresa May, que pretendía iniciar el proceso a fines de marzo, sin consultas previas al Parlamento.

El dictamen del Tribunal Superior llega a raíz de una denuncia presentada por un grupo de ciudadanos que pedía que se aclarara si el Ejecutivo podía actuar en solitario en este tema o si debía contar con el aval del Parlamento. La inexistencia de un solo texto constitucional británico (las normas constitucionales se encuentran en ciertas leyes y en fallos judiciales) y de antecedentes legales sobre un caso similar a este complicaron la decisión del tribunal, informó el jefe del órgano, el magistrado John Thomas. Finalmente, la corte optó por señalar que “la norma fundamental de la legislación constitucional de Reino Unido es que el Parlamento es soberano y puede hacer y deshacer cualquier ley que desee”, por lo que tiene la palabra final sobre el brexit. El fallo no aclara cuándo es necesario el aval del Parlamento, si sólo para iniciar el proceso o también para respaldar un acuerdo final.

Si bien esto abre la puerta a que los diputados británicos frenen el brexit, especialistas consultados por los diarios británicos y las agencias internacionales de noticias indicaron que parece poco probable que ellos opten por oponerse al 52% de los británicos que en junio se pronunció a favor de la salida de la UE.

Por su parte, el gobierno ya anunció que apelará la decisión. Como se trata de un tema de interés nacional, la apelación será presentada ante la Corte Suprema, que tratará el caso de forma urgente. Según los medios británicos, el fallo final puede ser emitido antes del 10 de diciembre. También se prevé que sea ese organismo el que aclare el papel que deberá desempeñar el Parlamento. El gobierno “está decepcionado” por la decisión del Tribunal Superior, dijo el ministro de Comercio Internacional, Liam Fox. “El país votó a favor de salir de la UE en un referéndum aprobado por leyes del Parlamento. El gobierno está decidido a respetar el resultado del referéndum”, afirmó ayer ante el Parlamento.

En particular, May parece bastante convencida de que este fallo no alterará el cronograma previsto por su gobierno. La oficina de la primera ministra informó ayer en un comunicado que ella le informará al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, que Reino Unido “continúa con sus planes” y cumplirá “el calendario establecido”. El texto agrega que “este fallo judicial no va a hacer descarrilar” el brexit.