Leí con atención carta de despedida del Frente Amplio de José Legaspi (*) con criticas genéricas (mentir, mal gestionar, dilapidar recursos, amiguismo, clientelismo, oposición a formar Comisiones investigadoras, disciplina partidaria versus moral republicana, priorizar funcionarios rentados, etc.). Legaspi arriba a la siguiente conclusión: 'Sigan embarrándose, las manos y la mejor historia de la izquierda de este país, sigan, todavía les queda un ejército de militantes ciegos, sordos y mudos, “unánimes”, para tratar de “continuar” manteniendo vuestros privilegios'.

El compañero puede darse una vuelta por el VI Congreso del Frente Amplio y comprobar si el millar y pico de frenteamplistas sienten, piensan y obran como funcionarios cooptados por una especie de estructura stalinista. En el comentario que hace Soledad Platero (**) constata que la carta renuncia no explicita juicios políticos, sino morales. La mayor decepción proviene que Javier Miranda no condenó a Raúl Sendic, ni tampoco al Gobierno bolivariano. Por fin, crítica designaciones que hizo Miranda desde la Presidencia del Frente Amplio.

La construcción de la dirección revolucionaria de la sociedad tiene tantas complejidades por la magnitud de la tarea de colectivizar la propiedad privada de los medios de producción y cambio. Comenzó a transcurrir el 100 aniversario de la revolución socialista de octubre cuando una parte del pueblo norteamericano rompe con el status de Wall Streett colocando a D. Trump en la Presidencia. La población utiliza medios e instrumentos que encuentra a mano, porque en EE. UU. el partido ideal no existe.

El Frente Amplio desde su fundación fue apropiado por la sociedad mayoritaria de los trabajadores que vieron en su formación la decisión de avanzar de la denuncia de un sistema opresivo a proponerse el ejercicio del Gobierno, una parte, nada menor, del ejercicio del poder. Algunos dicen que la renuncia al Frente Amplio del compañero Legaspi no marca tendencia. Sin embargo, existen otros y otras voces que suman a la decepción, prontos a saltar la portera con destino incierto.

El compañero Lagaspi no se pronuncia sobre acontecimientos del Uruguay, la región, el mundo. O sí, se pronuncia. Lo hace en forma oblicua, dirigiendo su condena al proceso revolucionario en Venezuela, corriendo el manto que obstruía conocer hacia donde se dirige. Afirma que no se respeta a las minorías. Los que nacimos junto al Frente Amplio siendo minoría –defensores de la imposición revolucionaria de las mayorías – permanecemos en el Frente Amplio sin abdicar de la lucha por el socialismo, el comunismo. El compañero baja los brazos cuando constata que el Frente Amplio no fue, no es, ni va a avanzar hacia posiciones políticas que Legaspi no explicita, pero tiene.-

Posiblemente lo que decepciona es que el Frente Amplio no rompa comunes objetivos con el movimiento obrero. Se exige que rompamos con Gobiernos y movimientos antiimperialistas, utilizando acusaciones morales. El Presidente de la Republica Tabaré Vázquez dialoga, discute, acuerda, o no, con la central obrera, con el Frente Amplio, con nuestros legisladores, al mismo tiempo que recorre parte del mundo y el país. El Frente Amplio avanza a cumplir un objetivo histórico como es el de proponer a la sociedad una nueva Constitución para la nación.

La contradicción capital trabajo se mantiene plenamente vigente, junto a su correlato, la lucha de clases. No perder de vista que el Frente Amplio es el mejor instrumento que ha logrado darse la sociedad uruguaya, por ahora, para representar los intereses de los que viven de su trabajo. No justificamos claudicaciones políticas ni morales. Una de ellas es colocar a conspiradores y golpistas venezolanos como perseguidos políticos.-

Cuando se cuestiona y desecha el instrumento Frente Amplio, cuando se destrata y descalifica a los frenteamplistas, cuando se ha perdido fe, es necesario conocer qué espera cada uno del Frente, de su Gobierno nacional, Gobiernos departamentales, municipales. Ninguno de nosotros está conforme con lo que hacemos, ni en cómo lo hacemos, en su totalidad, en gran medida. De ahí a cerrar la puerta en el rostro de cientos de miles sin intentar mostrar que el Frente Amplio está agotado, existe gran trecho. Al compañero José Legaspi le pedimos que explicite argumentos. Creemos que quien ha cambiado de opinión es él, no el Frente ni los que lo integran.-

Sinceramente.

Raúl Campanella

() “Hasta acá llego el amor” publicada en montevideo.com (*) La Diaria del viernes 18 de noviembre 2016.