“Sos lo más, Delcy, te admiro”, gritó una señora en medio del silencio. Hacía unos minutos, entre ruido de sirenas, había llegado a la sede del PIT-CNT la canciller venezolana Delcy Rodríguez. Venía de una reunión en el edificio del Mercosur en la que Venezuela invocó el Protocolo de Olivos, que regula la solución de controversias en la interna del bloque. En su artículo 4 establece que los estados parte en controversia procurarán resolverlas “ante todo mediante negociaciones directas”, que salvo acuerdo entre las partes “no podrán exceder el plazo de 15 días desde que se comunica”. En este caso, según dijo la canciller venezolana, se acordó continuar con las negociaciones directas el 9 de febrero, y se presentaron como “la otra parte” Argentina, Brasil y Uruguay. Al recibirla, el secretario general del PIT-CNT, Marcelo Abdala, dijo que le estaba dando la bienvenida, “en nombre de todos los movimientos sociales del país”, a la “casa de la clase obrera organizada”, y que si fuera un gesto de agradecimiento a la solidaridad constante de Venezuela “ya sería válido”; pero que es una cuestión también “estratégica”. Dijo que se refería a que “Venezuela, con su concepción humana y solidaria, ha estado, está y estará siempre en el Mercosur y en la integración profunda de nuestro continente, que es la única vía estratégica para el desarrollo de nuestros pueblos”.

Rodríguez dijo que el apoyo del PIT-CNT “los llena de aliento”, y que su país “no solamente está defendiendo sus intereses sino también los intereses de todos los trabajadores del Mercosur y de Sudamérica, el papel que tienen en el desarrollo económico de los países en un proceso de integración real, que no mire solamente al norte”. La canciller dijo que Venezuela “ha demostrado y ha dado sobradas evidencias” de que ha cumplido “con más de 95% de las normas que deben ser incorporadas en apenas cuatro años”, y que si se pretende sancionar a su país “primero debería sancionarse a los países que estando hace 25 años en el Mercosur todavía no las han incorporado”.

La discusión

El canciller uruguayo, Rodolfo Nin Novoa, dijo ayer en rueda de prensa, más temprano, que “entrar a la fuerza en la cancillería argentina” le parece “un acto grave desde el punto de vista diplomático-bilateral”. La canciller venezolana contestó: “Claro que es grave, si fuimos agredidos; fue grave tener un piquete policial antimotines para recibir al canciller de Bolivia y a la canciller de Venezuela, sin duda”. Nin Novoa calificó de “compleja” la situación de Venezuela en el bloque regional y afirmó que ese país tuvo cuatro años para incorporar 1.159 normas del Mercosur en su legislación, que en agosto le faltaban 200 y “una fundamental” sobre “la creación de la zona de libre comercio entre los estados parte”, lo que “dificulta enormemente el desarrollo económico del Mercosur”. El ministro recordó que Venezuela tuvo un plazo adicional hasta principios de este mes para incorporar las normas que le faltan, pero “en diciembre constatamos que no había ninguna norma nueva incorporada”, y en el derecho de los tratados “se establece con claridad” que puede haber “suspensiones” por algo así.

Abdala dijo que “haciendo honor a una tradición del movimiento sindical uruguayo como la independencia de clase, no están de acuerdo con la línea que viene impulsando la cancillería uruguaya”, y preguntó a quién representan las declaraciones de Nin: “El presidente [Tabaré] Vázquez establece vías de aproximación y diálogo con el presidente [de Venezuela Nicolás] Maduro y la cancillería hace declaraciones no amistosas con respecto a ese gobierno. Estas declaraciones no se condicen con las opiniones públicas ni con las acciones del presidente Vázquez, pero al parecer, y en vistas de las últimas declaraciones, tampoco representan las opiniones de la fuerza política de gobierno. ¿A quién representa? Al pueblo uruguayo, no”. Para Rodríguez, “estamos en el proceso de un golpe contra el Mercosur. No solamente pretenden negar los derechos soberanos que tiene Venezuela como Estado parte, sino negar toda la existencia del bloque”. Venezuela dijo que “no solamente está defendiendo las normas, la legalidad y la institucionalidad, sino que está defendiendo el proyecto histórico que significa la integración de nuestros pueblos, de nuestros movimientos sociales y los trabajadores; esa es la plataforma de construcción de desarrollo económico, de garantía de paz para nuestros pueblos”.

Rodríguez se reunió también con la Comisión de Asuntos y Relaciones Internacionales del Frente Amplio (FA), en la que ratificó la voluntad de Venezuela de pertenecer al Mercosur, y agradeció la posición de Uruguay respecto de que Venezuela pertenezca al bloque. La canciller también saludó al presidente del FA, Javier Miranda, pero no se reunieron. El FA no se ha expedido sobre lo acontecido en Buenos Aires, y según supo la diaria, no ha estado planteado hasta el momento que lo haga.