Para sorpresa de muchos, la economía nacional creció 2% en el tercer trimestre del año en comparación con igual período de 2015, según el informe de Cuentas Nacionales difundido ayer por el Banco Central del Uruguay (BCU). La producción nacional aumentó en todos los sectores de actividad, salvo en el caso de la construcción, en el que aun así la contracción fue menor que la registrada a mediados de año. Desde la demanda, el consumo mantuvo su crecimiento, mientras que la inversión se desaceleró tanto en el sector público como en el privado. En el frente externo las exportaciones retomaron la senda de crecimiento, pero las importaciones mostraron una leve disminución.

Tierra adentro

En comparación con el trimestre inmediatamente anterior, es decir, en términos desestacionalizados, el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) fue de 1,1%. En cambio, en la comparación interanual el aumento de 2% respondió a un crecimiento de 2,1% del volumen de valor agregado y de 1,6% de los impuestos netos de subvenciones sobre los productos.

El sector transporte, almacenamiento y comunicaciones fue el de mayor crecimiento (8,6%) respecto del tercer trimestre del año anterior, obedeciendo a la expansión de las telecomunicaciones. Según el informe, el alza se debió a las altas tasas de crecimiento en los servicios de transmisión de datos, a la que se sumó el aumento de los servicios complementarios y auxiliares de transporte portuario y aeroportuario, contrarrestada por una menor producción del transporte de pasajeros.

Por otro lado, las actividades primarias recuperaron su crecimiento tras el declive del segundo trimestre, en términos generales, de 3,1%. En particular, el sector agropecuario registró un aumento de 2,9% por una mayor faena de vacunos, la silvicultura fue impulsada por una mayor demanda para la producción de pulpa de celulosa, mientras que la agricultura se mantuvo en niveles similares a los de 2015, ya que si bien hubo una menor producción de trigo, fue compensada por el incremento de la cebada.

Las industrias manufactureras también retomaron su crecimiento en el segundo semestre (0,6%) por incrementos en la fabricación de pulpa de celulosa, la industria frigorífica y la refinería de petróleo, aunque la merma en la producción de vehículos automotores, productos textiles y de la industria láctea afectaron el promedio a la baja.

El suministro de electricidad, gas y agua aumentó 1,9% debido a la actividad de generación y distribución de energía eléctrica, mientras que el sector que incluye las actividades inmobiliarias, financieras, sociales, de esparcimiento y personales, entre otros, registró un alza de 0,5%.

El valor agregado del comercio, las reparaciones, los restaurantes y hoteles presentó un aumento de 0,4% como resultado del mejor desempeño en la actividad comercial, en particular de los bienes importados para uso final, así como de productos nacionales, mientras que en el descenso de la actividad de los restaurantes y hoteles incidió la menor demanda realizada por turistas.

La construcción fue el único sector que mostró una caída de su actividad (3,9%) como consecuencia de una contracción especialmente en el sector público vinculada a la generación y transmisión de energía eléctrica, a la fibra óptica y a la vialidad, contrarrestada en parte por la mayor actividad en obras en puertos y vías de navegación.

Interna y externa

Desde la perspectiva del gasto, el incremento del PIB fue resultado de una mayor demanda interna, tanto de la formación bruta de capital (5,2%) -sobre todo en el sector privado (5,3%), que contrarrestó la caída en el público (6,1%)- como del consumo final de los hogares (0,7%) y del gobierno (1,5%).

En tanto, la balanza comercial con el exterior registró un aumento por el alza de las exportaciones (1,2%), en mayor medida de carne, arroz, trigo, lácteos y pulpa de celulosa, mientras que las importaciones descendieron 0,2%, en virtud de un declive de los servicios en contraposición a las mayores compras de bienes de consumo y de capital al exterior.