Susana Malcorra: Los servicios de inteligencia de mi país están trabajando intensamente para que podamos resolver la situación venezolana.

Rodolfo Nin Novoa: Bueno, esto es una sorpresa para mí. Yo entiendo que estamos pasando por una crisis política, pero dar entrada a los servicios de inteligencia me parece una exageración.

Susana Malcorra: No, me refiero a Delcy Rodríguez, que está viniendo para acá. ¿Por qué le parece que nos estamos reuniendo en el depósito de las escobas?

Rodolfo Nin Novoa: Ah, ya me parecía que esto estaba un poco fuera del protocolo.

Susana Malcorra: Pero no se preocupen, en un rato mandan las banderas.

José Serra: ¡Silencio! Escucho pasos en el corredor.

Susana Malcorra: No se preocupen, desde Inteligencia me avisan que está en el salón de reuniones, pero ya la inmovilizaron con una llave de judo.

José Serra: Cuidado, que los desequilibrados tienen mucha fuerza; menos de cuatro personas no van a poder reducirla.

Susana Malcorra: No se preocupen, la situación está bajo control. Empecemos con la reunión. ¿De qué quieren hablar?

Eladio Loizaga: No sé. ¿Cuál es el orden del día?

Susana Malcorra: No sé. No hay mucho para hablar aparte del tema de Venezuela. Y no, señor Nin Novoa, del TLC con China no vamos a hablar. A nadie le interesa. Ahora, cuando saquen a la loca, vamos al brindis.

José Serra: ¡Golpean la puerta!

Rodolfo Nin Novoa: ¡Tranquen todo!

Susana Malcorra: Son las banderas, no se preocupen. Me informan que la loca ya está fuera del edificio y mañana parte para Uruguay.

Rodolfo Nin Novoa: ¿Yo me puedo quedar acá hasta el viernes? Me gusta este cuartito.

José Serra: Propongo hacer el brindis acá también. Por las dudas.