Sábado de mañana. Apenas visualizamos el casco de la fracción 2 de la Colonia Emiliano Zapata del Instituto Nacional de Colonización (INC) ya percibimos el ambiente festivo: el humo con olor a carne asada, la música -“típica y folclórica”, por supuesto- a todo volumen, niños y niñas en atavío de gaucho y de china, los adultos luciendo sus mejores botas de montar, los facones con los mangos más trabajados, los sombreros más atrevidos. El acto comenzó con el ingreso al predio de los beneficiarios y sus familias, a caballo. La tropilla, encabezada por la bandera uruguaya, la de Artigas y la de los Treinta y Tres, se desplazó desde la entrada de la fracción hasta la única construcción que se levanta en el lugar, y a su arribo dio comienzo al acto. El 12 de octubre, el INC adjudicó en arrendamiento dicha fracción, con una superficie de 192 hectáreas, al Sindicato de Peones de Estancias (Sipes), integrante de la Unión Nacional de Asalariados, Trabajadores Rurales y Afines. La Colonia Emiliano Zapata, que consta de 15 fracciones y unas 1.600 hectáreas, está ubicada sobre el kilómetro 311 de la ruta 26, en el Paraje Picada de Coelho, localidad de Yaguarí, en el departamento de Tacuarembó. Según el proyecto presentado por el Sipes al INC, el lugar se constituirá en un centro de capacitación para el “desarrollo de habilidades y destrezas de trabajadores rurales y sus familias” y en la sede de la organización sindical, “estableciendo referencia geográfica para el Sipes en el territorio”. Este sindicato se fundó el 28 de octubre de 2012 unos diez kilómetros al este de la actual fracción, en la localidad de Pueblo del Barro, con el objetivo de representar a los trabajadores del campo del sector ganadería, y tiene una importante influencia en el norte del río Negro, donde tiene más de 250 afiliados. Además, será un complemento económico para las familias que ingresen al predio con el desarrollo del proyecto productivo, y servirá para “apoyar situaciones laborales arbitrarias contra trabajadores rurales y sus familias”.

De película

La tropilla que ingresó al predio fue filmada desde el cielo por un dron y, al llegar al casco de la fracción, por una sofisticada cámara de cine. Un equipo argentino, contratado por el cineasta serbio Emir Kusturica, había llegado a Picada de Coelho para acumular imágenes para un documental. No hace falta decir más para que los lectores se den cuenta de quién estuvo el sábado en Tacuarembó y fue constantemente perseguido por el equipo cinematográfico. Rodeado de peones rurales y colonos del INC, se escuchaba su voz, contestando preguntas. “Como dependíamos de los precios y a veces se venían para abajo, más que invertir arriba del campo, valía la pena encontrar un campo, aunque produjera poco, y esperar, porque si bien no ganabas nada con la ganadería, no perdías tampoco, porque tenías bajos costos y el valor de la tierra, con la vuelta de los años, iba subiendo. La gran ganadería siempre fue un negocio inmobiliario de largo plazo, y esto no es ni maldad ni bondad. Cada cual defiende la suya como pueda. Si hubiéramos sido algodoneros o azucareros, hubiéramos precisado mucha mano de obra para las cosechas y tendríamos un país de campesinos. Pero somos hijos de la ganadería extensiva. Hemos producido una sociedad como consecuencia de eso. Y no es para enojarse ni decir ‘Uruguay es malo’. El Uruguay es hermoso pero a veces no nos damos cuenta”, explicó a la rueda de boinas y caras curtidas el ex presidente José Mujica, acompañado de su esposa, la senadora del Frente Amplio (FA) Lucía Topolansky. Después siguió hablando de otras cosas; le preguntaron por los oficios del campo que se están perdiendo -los relacionados con las ovejas, enfatizó-, por el futuro de la forestación -“tiene para rato”, dijo- y hasta por la violencia en el fútbol -“lamentable”-.

No como en otras fiestas

Sobre el mediodía se firmó el contrato de comodato provisorio por dos años entre el INC y el Sipes. “Es una prueba, hay que hacer bien los deberes todos los días, con compromiso, cinchando parejo y realizando lo tanto que hay para hacer en este lugar”, dijo César Rodríguez, del Sipes, presentador en la actividad. Marcelo Amaya, del Sindicato Único de Trabajadores del Arroz y Afines, afirmó que “si no hay organización, hay violaciones [de los derechos laborales] y las condiciones de trabajo terminan siendo muy malas para los trabajadores”, y denunció respecto de “los compañeros de las arroceras” que llegaron hasta la fracción: “Seguramente algunos de ellos se encuentren con suspensiones el lunes [por hoy] por haber optado por participar en la actividad”. “Los sindicatos tienen que defender los derechos de los trabajadores, pero también tienen que mirar un poco más lejos y pensar en que los trabajadores se puedan apropiar del trabajo”.

Por el Sipes habló Rubito Fernández, que saludó el cuarto aniversario de la organización que “puso a los peones de estancia por primera vez en los Consejos de Salarios en el reclamo de sus derechos”; “los trabajadores de las estancias acceden a este predio tras larga lucha y arduo camino. Les permite tener un campo para ubicar a sus animales y no hacer como los estancieros, que después de que sus trabajadores logran tener algún animal los echan para la calle, donde sus animales pasan mal y provocan accidentes”. Fernández dijo que “hoy [por el sábado] se le está dando algo al trabajador, no como en otras fiestas, donde se lucra con el trabajador y no se hace valer sus derechos”.

Ahora, a agachar el lomo

La presidenta del INC, Jacqueline Gómez, dijo que el instituto tiene la “convicción” de que los asalariados rurales pueden acceder a la tierra y generar procesos de producción y de organización, y señaló que la tierra que se le adjudicó al Sipes “también fue recuperada por los cambios” en el INC. “Esta tierra fue recuperada de un ex colono por la supervisión, el trabajo del INC y el seguimiento de las obligaciones de los colonos. Tomamos la decisión de sacar a la persona y recuperar la tierra para que otras familias puedan seguir trabajando y puedan seguir construyendo ciudadanía, economías en los territorios y oportunidades para los asalariados rurales y productores familiares”, expresó Gómez. La presidenta del INC informó que desde 2005 han incluido más de 100.000 hectáreas, “que son los valores mayores que el INC ha incluido por años en toda su historia”, y que han ido “a manos de asalariados rurales y de productores familiares para construir soberanía alimentaria, para aportar al proceso de la seguridad alimentaria de nuestro país y para construir condiciones y capacidades para vivir y producir en el territorio”.

Al final de la oratoria, Mujica afirmó que Uruguay “tiene una deuda gigantesca con los peones rurales”, fundamentalmente con “los trabajadores de la ganadería”, porque “siendo el trabajador fundamental del país, fue el último en recibir el beneficio de las ocho horas”. “¡Qué paradoja!”, agregó, y enseguida dijo: “Porque que no se podía organizar”. En cuanto al emprendimiento del Sipes, Mujica dijo con firmeza: “Esto no puede fracasar. No por lo que tiene, sino por lo que representa. Los trabajadores rurales tiene que demostrar que son patrones de sí mismos, que no precisan que los manden, y esto tiene que transformarse en un jardín, no por lo que dé sino por lo que representa, porque lo van a estar mirando de lejos, desconfiando. Porque con el que es chico y es pelado no hay confianza, ni crédito. Le andan mirando siempre los riñones y todas las críticas le van a caer”, expresó. Para el ahora senador del FA, estos trabajadores del Sipes beneficiados con la fracción “están representando la causa colectiva de todos los sindicatos y tienen que pelear por el prestigio y demostrar a sí mismos y a los demás que los trabajadores son capaces de mandarse a sí mismos”. Sin embargo, advirtió que “si lo van a hacer colectivamente, van a tener lío, porque es inevitable que la gente, cuando estamos en conjunto, tengamos lío. Porque la naturaleza nos hizo semejantes, pero no iguales, y hay que aprender a manejar los conflictos y hay que entender que los conflictos hay que resolverlos para adentro, pero no tirarlos para afuera, porque afuera están los que están esperando que te caigas para pegarte. Esto es lucha de clases, compañeros, lo tienen que entender”. Después se refirió al trabajo en el lugar y afirmó que aunque parezca una “causa hermosa”, “en esa pampa hay que cascarse con los espinillos, que los cortás hoy y pasado mañana están brotando al costado”. “Eso no es poesía, hay que agachar el lomo. Lo intelectual es macanudo, hacer reuniones, documentos, ¿pero ahora? Está bárbaro, los precisamos, pero ahí con el espinillo no es cuestión de intelectualidad, hay que doblar el lomo y pelear con el tipo. ¡Trabajo, compañeros!”, concluyó el ex presidente.

Sobre el final de la actividad se realizó una asamblea del Sipes, previa a la reunión de los Consejos de Salarios que tendrá lugar mañana para discutir sobre la propuesta del Poder Ejecutivo en la negociación colectiva.