La resolución del Consejo de Seguridad de la ONU de condenar los asentamientos israelíes en Palestina fue fuertemente cuestionada por el primer ministro de ese país, Benjamin Netanyahu, quien dejó entrever la posibilidad de tomar “represalias”. Desde el gobierno uruguayo aclararon que no hay temor ante posibles represalias, y de hecho estas “quizá nos vendrían bien”. Un funcionario de la cancillería explicó que “si se tiene en cuenta que el concepto israelí de represalia es mandar gente a instalarse en un país extranjero, podría ser un buen negocio. El país necesita gente”. De todas maneras, y ante la preocupación que generó entre los países que apoyaron la resolución la posibilidad de represalias, Netanyahu aclaró que estas “no se van a tomar contra los países que votaron esta indignante resolución, sino contra los palestinos, que festejaron la noticia, poniendo en peligro la seguridad de Israel”. Pero sobre la medianoche de ayer funcionarios de las cancillerías de Francia y Reino Unido reconocieron que podría haber aparecido una “solución” para el conflicto palestino-israelí. “Aparentemente, se habrían hallado documentos escritos hace 4.000 años, aproximadamente, que indicarían un pequeño error en la interpretación que hizo Moisés del mensaje de Jehová. La Tierra Prometida del pueblo judío no se encuentra en Palestina, sino en una isla perdida en el medio del océano Pacífico”, explicó un funcionario del gobierno galo. Un analista en temas de Medio Oriente del Ministerio de Relaciones Exteriores británico explicó, por su parte: “Una vez que hayamos trasladado al gobierno y el ejército israelí a esta isla, que está ubicada a 7.000 kilómetros de cualquier otro país, se acabarán los conflictos entre Tel Aviv y el resto de los países del planeta”. El funcionario reconoció que este descubrimiento histórico no tiene demasiada base científica, pero también recordó que “los argumentos de Israel para adueñarse de Palestina también son bastante irracionales”.