El viernes 17 de diciembre llegó una delegación del MST (Movimiento Sin Tierra) de Brasil, a participar en una actividad que organizó el Frente en Movimiento (M-764). Fueron invitados para que pudieran dar cuenta de lo que están viviendo los movimientos sociales en el Brasil del golpista Michel Temer, y para conversar sobre su experiencia de luchas, compartiendo su visión y conociendo algunas experiencias que se están desarrollando aquí, a escala nuestra como país y con nuestra idiosincrasia.

La violencia formal y simbólica desatada por el gobierno golpista de Temer contra los movimientos sociales y la izquierda en general generó un reperfilamiento de estos para resistir.

El MST ha tenido varios detenidos como consecuencia de la criminalización de la protesta que el gobierno de Temer lleva adelante, a lo que se suma el reciente ataque y la irrupción en la Escola Nacional Florestan Fernandes, centro de formación del MST al que llegó un grupo de policías que, disparos de por medio, consiguieron entrar.

Hoy, el MST ve en la coordinación de distintos partidos políticos y movimientos sociales un espacio para responder y resistir a este proceso; un espacio que aún debe conformar y consolidar bases para que no sea sólo una coordinación de cúpulas. A este espacio le dan el nombre de Frente Brasil Popular.

Claramente, no ven lo que sucede en Brasil como algo aislado, sino como un embate continental de la derecha que se relaciona con lo que pasó en los últimos tiempos en Honduras, Paraguay, Venezuela y Argentina, en donde se visualiza una tónica vinculada a una derecha con movilización social y que, en general, articula muy bien principalmente con los medios de comunicación y con sectores del Poder Judicial. En ese sentido, se expresó la solidaridad con lo que están viviendo en Brasil.

A las distintas actividades en las que participaron se acercaron integrantes de distintos sectores políticos del FA así como de organizaciones sociales, sobre todo de las que tienen un claro componente de militancia territorial comunitaria. Así, los integrantes del MST que estuvieron los días viernes 17 y sábado 18 de diciembre pudieron conocer experiencias de huertas comunitarias o de “monedas locales” vinculadas al trueque (una propuesta que cada día crece más) además de experiencias de agroecología y de lucha contra el modelo desarrollado por el agronegocio, que vincula la producción de alimentos no a la necesidad humana de alimentar sino al lucro, pasando por encima de las posibilidades de acceso a la comida de importantes sectores de nuestras sociedades.

La experiencia expresada por los compañeros del MST tiene que ver con organizar no aspectos aislados de los problemas que nos enfrentan como sociedad en lo comunitario-barrial, sino con organizar la vida, o la mayor cantidad de aspectos de esta. Por tanto, no fragmentar las demandas ni las luchas por vivienda, salud, etcétera, sino integrarlas en una propuesta que, además, promueva lógicas de vida que permitan despegarse de la actual propuesta de sociedad, al menos en lo que sea posible hoy.

Así como en los asentamientos del MST se vinculan lo habitacional, lo educativo, lo alimentario, lo productivo, lo comercial y demás, se vinculan también los espacios y organizaciones que promueven estas actividades, aun a la distancia, en el esfuerzo cotidiano de conseguirlo.

Los integrantes del MST que visitaron Uruguay pudieron conectar con organizaciones barriales comunitarias vinculadas a la solidaridad, a la constitución de monedas locales, a fortalecer procesos de descentralización y participación comunitaria, a huertas comunitarias urbanas y rurales, radios comunitarias, espacios educativos populares, bancos de semillas comunitarios; y vieron en estas experiencias procesos que se conectan con el proyecto que impulsa el MST como bastión de lucha por la tierra y el socialismo en Brasil y América Latina.

En estas experiencias reivindicaron sus modos y formas, sus intereses, y también la metodología y el lugar que ocupan hombres y mujeres en los procesos.

En estos tiempos las sociedades caminan hacia visiones más conservadoras, y la pobreza se ve como consecuencia más de la dejadez de los propios pobres que de la distribución desigual e injusta de las riquezas. Por tanto, hay un arco de alianzas a construir, donde cada quien aportará lo que pueda para avanzar en el proyecto popular que se constituye desde las bases. Un proyecto que promueva prácticas instituyentes que reinventan lo nuevo en lo cotidiano, y a la vez que lo reinventan, muestran que son posibles nuevas formas y metodologías que se enfrentan a los modelos individualistas y excluyentes.

En estos proyectos se cruzan hoy militantes de distintos sectores, de distintos lugares, con y sin banderas, generando conocimientos y propuestas en las que pueden integrarse quienes pretenden transformar la realidad, para volcarse de manera integral a la tarea de construir una nueva estrategia que permita seguir impulsando procesos de cambios en las sociedades.

Así, lo operativo en la política no es la técnica sino la ética. Una ética que promueva la autonomía y la liberación y se sustente en ellas.

En febrero de 2017 continuarán los intercambios, y participarán compañeras y compañeros uruguayos en los asentamientos del MST, para conocer sus cooperativas de producción, consumo y comercialización, las escuelas del movimiento y el banco de semillas orgánicas.

Como decía la convocatoria a las actividades con el MST, la solidaridad es la ternura de los pueblos.

Camilo Álvarez López