El anunciado “diálogo social” que el gobierno planea comenzar a implementar a partir de este año no termina de convencer al PIT-CNT. “Queremos que el diálogo social sea eso mismo, una participación para discutir coyunturalmente las cosas y buscar cambios en algunas cuestiones, y no un espacio donde nos enteremos de lo que van a hacer pero sin que haya intercambio”, dijo Gabriel Molina, integrante del secretariado ejecutivo de la central.

El diálogo incluirá nueve mesas de debate que abarcarán una amplia variedad de temas: cambio climático, género, descentralización, seguridad, salud, justicia social, educación, infraestructura, producción y crecimiento económico sostenible, entre otros. “El propósito es que la sociedad civil organizada y el sector público generen propuestas sobre temas relevantes para el país con una visión de largo plazo”, dice el sitio web de esta iniciativa.

Otro de los integrantes del secretariado, el dirigente ferroviario Ricardo Cajigas, sostuvo que fue la propia central la que le propuso al gobierno anterior que llevara adelante un diálogo social “para discutir acerca de la reforma del Estado”. “Estuvieron de acuerdo pero nunca lo implementaron”, criticó. Según el dirigente, la apuesta de este gobierno ahora es “mayor”, en la medida en que lo que ahora se plantea es “discutir la perspectiva del país de cara a 20 o 30 años para adelante”. “Nosotros queremos que la discusión sea seria”, dijo el sindicalista, adelantando que no sólo se necesita “discutir de acá a 30 años”, sino también sobre “algunas cosas que van a estar influenciando el Uruguay en los próximos cinco años”: “No podemos discutir la utopía dentro de 40 años si no podemos abordar lo que ocurrirá en los próximos cinco”. Además, pidió que el gobierno sea más claro acerca de cómo se va a llevar a cabo esta iniciativa: “No se ha planteado cómo se va a instrumentar. Queremos participar, pero no adornar una torta para una fiesta en la cual no vamos a participar”.

En tanto, el dirigente portuario Óscar López admitió que si bien es “importante”, la pauta del diálogo social todavía “no convence” y no “se ha hablado lo suficiente”. “Lo vemos frío todavía y no muy delineado. Hay que ver qué garantías da el gobierno”, sostuvo el sindicalista, y dijo que la central aspira a llevar al debate algunos proyectos, entre ellos, el impulso de una ley de empleo para personas con discapacidad.

Según indica el sitio web del diálogo social, hasta marzo de 2016 se recibirán propuestas y documentos de las diferentes personas y organizaciones que vayan a participar. A partir de abril se instalarán las mesas de diálogo y se espera que para el segundo semestre de 2016 éstas entreguen sus informes con propuestas, que servirán como insumos para generar políticas públicas.

Giro y sigo

En la central hay preocupación porque estiman que muchos trabajadores del sector privado podrían sufrir una pérdida de salario real este año. Las actuales pautas salariales para el sector privado (que establece aumentos salariales desligados de la evolución del Índice de Precios al Consumo), la elevada inflación, de 9,44% en 2015, las no muy alentadoras expectativas en la evolución de los precios para 2016 y el comportamiento que hasta ahora ha tenido el gobierno en los Consejos de Salarios son el sustento de este temor. En la reunión del secretariado ejecutivo de la central de ayer afirmaron que el gobierno no votó en ningún grupo de los Consejos de Salarios junto a los trabajadores y en contra de las empresas.

El diagnóstico es entonces, según López, que en los Consejos de Salarios existe un “acercamiento” del gobierno al centro o a la centro derecha. “Esto de la crisis internacional el gobierno lo ha puesto en una situación más alarmista de lo que debiera ser”, agregó. En tanto, Cajigas sostuvo que es “evidente” que este tercer gobierno del Frente Amplio “se ha puesto del lado de las patronales” y que “en este tema no ha estado, como en otras oportunidades, para hacer una mejor redistribución de la riqueza”, ya que su conducta no es la misma que en otros Consejos de Salarios. “En etapas de franco crecimiento es facilísimo estar en los pies de un gobernante progresista. Pero los pingos se ven realmente en una situación como ésta, que no es de crisis, pero sí de un enlentecimiento de la economía”, ilustró. Esta visión será parte de un documento que el secretariado elaborará sobre perspectivas para este año y que deberá ser aprobado por una mesa representativa de la central.

La coyuntura política y económica internacional tampoco faltará en ese documento, y ayer la central comenzó a hacer un intercambio al respecto, incluso sobre el debilitamiento de los gobiernos progresistas en la región. En la central no se privan de señalar algunos defectos del socialismo venezolano. Fernando Ferreira, dirigente de la Federación de Obreros y Empleados de la Bebida, dijo que el reparto de la renta petrolera no construyó ningún tipo de actividad sustentable en la economía de ese país, en el que además se apostó a la construcción de la figura de un caudillo, y una vez que se murió el ex presidente Hugo Chávez, “se desmoronó todo”. Cajigas también admitió que hay visiones críticas, “sin avalar los discursos de la derecha”, del uso de la renta petrolera: “Con una renta que sabés que es circunstancial, tenés que tratar de utilizarla para crear fuentes de trabajo y producción que sean más permanentes”.