2015 fue un buen año para el director, guionista y productor australiano George Miller. Con 70 años, volvió a su saga apocalíptica y estrenó Mad Max: furia en el camino, con Tom Hardy y Charlize Theron en los papeles protagónicos. La nueva y cuarta entrega de esa serie, iniciada en 1979, no sólo cuenta con diez nominaciones a los premios Oscar, sino que además ganó el Gran Premio de la Federación Internacional de Críticos de Cine (Fipresci, por su acrónimo en francés) a la mejor película del año.

Pero este año tampoco viene mal, ya que Miller presidirá el jurado de la competición oficial en el Festival de Cannes, que se desarrollará entre el 11 y el 22 de mayo.

Será la tercera vez que integre el jurado de ese certamen. “En la primera, en 1988, coincidí con el guionista William Goldman, y él me señaló: ‘Es la única ocasión en la que se apagan las luces, se abre el telón y no tienes ninguna información previa de la película. Juzgas limpio’ -contó el director en una conferencia de prensa, cuando se dio a conocer que había recibido el premio Fipresci-. En aquel momento no existía el auge actual de la tecnología, pero incluso hoy en Cannes puedes llegar a ver una película y disfrutarla sin prejuicios. Más allá de esa emoción, en los festivales puedo charlar con un montón de colegas. Soy australiano, así que te puedes imaginar las pocas ocasiones que tengo de coincidir con otros cineastas. Hay que defender estos lugares de encuentro donde reflexionar y charlar sobre el cine”.

A esta historia sumaba otra que se alejaba de la seriedad y el profesionalismo extremo con que se asocia a Cannes: “Llega la entrega de premios, no hubo ensayos y nunca tuve a mi lado a nadie que supiera inglés, porque yo no hablo francés. Me empujaron al escenario para que diera el premio de la Cámara de Oro [mejor ópera prima], que era para Mira Nair por Salaam Bombay!, lo anuncié, ella subió… y yo sólo pude entregarle un sobre con una invitación para una fiesta posterior. Al menos aquí, en San Sebastián, en la inauguración todo fue claro, preciso y todos me hablaban en inglés”.

“Las raíces de Miller se remontan a la era dorada del cine australiano en los años 80. Originario de un pequeño pueblo de Queensland, escribió y dirigió Violence in the Cinema, part 1 en 1971. Ese corto recibió dos premios del instituto australiano de cine y lo animó a continuar con el cine y realizar su primer largo”, indicaron en un comunicado los organizadores del festival de Cannes, que destacan que Miller ha experimentado con distintos géneros de manera constante a lo largo de su carrera, “reconciliando de manera brillante las expectativas del público masivo y los mayores estándares artísticos”, en una carrera que ha incluido comedias como Las brujas de Eastwick (1987), dramas como Un milagro para Lorenzo (1992) y películas para público infantil y no tanto como las dos del chanchito Babe (1995 y 1998).

Todavía no se sabe quiénes serán los demás integrantes del jurado de Cannes, en el que el año pasado estuvieron los hermanos Joel y Ethan Coen, ni quién será el encargado de entregar la Palma de Oro, que en la edición anterior fue recibida por Dheepan, del francés Jacques Audiard.