El viernes, la dirección del PT se reunió en Río de Janeiro para aprobar un documento denominado “Programa nacional de emergencia”, que pide cambios en la política económica del gobierno y que fue ratificado por las bases del partido. Incluye 16 puntos con medidas dirigidas a retomar el crecimiento y los cambios impulsados por el PT antes de la crisis económica.

Allí se sugiere que se usen las reservas, de casi 370.000 millones de dólares, en crear un Fondo Nacional de Desarrollo y Empleo, para “radicalizar” las políticas dirigidas a la redistribución de la renta con un aumento de 20% de los recursos atribuidos a los programas sociales. Además, ese fondo se utilizaría para el desarrollo de infraestructura, energía, saneamiento y vivienda. Para nutrirlo, el PT reitera su apoyo a la restauración de un impuesto a las transacciones financieras. Si bien Rousseff ha planteado que el regreso de este impuesto sería una buena medida para enfrentar la crisis, se ha opuesto totalmente al uso de las reservas.

En el texto también se recuerda que algunas de estas medidas fueron impulsadas por el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva en 2008 y 2009. La crisis económica “interna e internacional” actual “debe llevarnos a doblar la apuesta por el camino adoptado en ese entonces por el presidente Lula, con más inversión pública, más desarrollo industrial, más mercado interno, más integración regional, más políticas públicas, más salario y más trabajo”, dice el documento. “Es urgente que entremos en un debate profundo y valiente sobre cómo recapitalizar el poder público, profundizando un modelo de desarrollo que ha distinguido a los gobiernos petistas y rechazando la capitulación ante el capital rentista y sus previsiones”, agrega.

El presidente del PT, Rui Falcão, dijo que este documento no es un “ultimátum” al gobierno, sino una serie de propuestas para que las “examine sin plazo” y adopte las que crea conveniente. Sin embargo, también dijo que “algunas de estas medidas tienen que ser tomadas de inmediato para revertir el actual cuadro” de crisis económica en Brasil.

Además, el PT aprobó el sábado, en su aniversario, un documento en el que rechaza los cambios que se pretende hacer a la adjudicación de los yacimientos petrolíferos en el mar territorial brasileño. En 2010 se aprobó una ley para que la explotación de estos yacimientos quedara a cargo de consorcios en los que Petrobras tuviera una presencia de por lo menos 30%. En la situación económica actual y con las dificultades económicas que enfrenta Petrobras por las investigaciones de corrupción, la oposición presentó un proyecto de ley que retira esa exigencia.

Aunque el PT se opone a esta modificación, el gobierno negoció con la oposición una nueva redacción de ese proyecto, que le da preferencia a Petrobras para decidir si participa o no. Con esa redacción, el texto fue aprobado la semana pasada en el Senado con los votos opositores y pasó a Diputados.

Consultada por la prensa sobre el documento del PT y las diferencias entre ella y su partido, Rousseff dijo: “Un partido es un partido. Un gobierno es un gobierno. Yo no gobierno sólo para el PT. Gobierno para los 204.000.000 de brasileños. Tengo que gobernar escuchando todos los intereses”.

El presidente del PT confirmó la presencia de Rousseff en el festejo por los 36 años, pero la semana pasada la presidenta informó que no iría porque estaría de viaje oficial en Chile. Es la primera vez desde que asumió la presidencia que se ausenta de esa celebración anual. Sin embargo, envió una carta en la cual manifestó su “solidaridad” con Lula, que es “duramente atacado, de forma injusta”. El ex presidente es objeto de investigaciones previas a una eventual imputación en tres casos judiciales distintos.

Lula también recibió el sábado el apoyo de miles de militantes. En el encuentro del PT, se aprobó otro documento, en el que denuncia que la oposición tiene aspiraciones “golpistas” y acusa a la Policía Federal y a la Justicia de cometer “abusos” en las investigaciones sobre corrupción. Según dijo Falcão, éstas son “selectivas” y se centran en el PT y en Lula para “prevenir” que él se presente a las elecciones de 2018.

Justamente, en el encuentro Lula dijo que “si fuera necesario” será el próximo candidato presidencial del partido, y agregó: “Quiero decir bien alto: tendré 72 años y el tesón de alguien de 30 para ser candidato a la presidencia de la República”.