En la charla realizada en el Club Social Los Titanes del balneario La Tuna, en la noche del viernes, Zuasnábar hizo referencia a los cambios políticos, económicos y culturales que se han producido en las últimas dos décadas en América Latina. Destacó que se ha expandido la democracia como “nunca antes”, y que hoy hay generaciones enteras de jóvenes que no vivieron una dictadura. Desde el punto de vista económico destacó el crecimiento, y acerca de lo cultural sostuvo que la sociedad uruguaya se ha vuelto más “tolerante”, por ejemplo, respecto de la homosexualidad, y al menos a nivel discursivo se percibe un cambio respecto de las ideas de hombre y de mujer; hace diez años, 24% estaba en desacuerdo con la idea de que los hombres tienen mayor derecho a trabajar que las mujeres si el empleo escasea, y hoy el porcentaje de desacuerdo es de 68%.

Al mismo tiempo, hay una “creciente demanda de autoridad” en un sentido amplio, explicó Zuasnábar, y ejemplificó con el hecho de que se duplicó el valor que se asigna a la obediencia a la hora de educar a los niños. Pero esta demanda, que va en paralelo con la exigencia de mayor libertad en todas las esferas, no es de autoridad tradicional, sino de una nueva autoridad construida, más que por imposición, por seducción y convencimiento.

El director de Equipos Mori advirtió que hay una demanda creciente de las clases medias en la región de una mejora en la calidad de la prestación de los servicios públicos, que va atada a los discursos sobre la gestión, y consideró que “a la izquierda le ha costado apropiarse de esta bandera, más bien se la ha apropiado la derecha”. La izquierda ha optado en cambio por “decir que estas cosas no son importantes, pero cuidado, porque para una parte de la población puede ser muy importante”, señaló Zuasnábar. “La izquierda comete un error si abandona la bandera de la mejora de la calidad de los servicios públicos. Debe apropiársela”, enfatizó.

A su turno, Caetano advirtió que “la deslegitimación de la izquierda después de la corrupción es absoluta”. “Quien reivindica el Estado como escudo de los débiles es quien tiene que defender más los dineros públicos, es el que no puede permitirse errores que generen indignación ciudadana por dineros mal empleados. Hoy la gente está enojadísima por ANCAP, y no hay que subestimar el descontento y la indignación de la gente”, remarcó.

El historiador valoró que en Uruguay hay una “ruptura del viejo imaginario” referente a la clase media, en el que todos los sectores sociales se autodenominaban de clase media. Hoy, en cambio, la clase media vulnerable muchas veces “se identifica con la clase baja, con los sectores populares”. Esta transformación ocurrió incluso dentro del Frente Amplio, cuyos dirigentes y votantes siempre habían sido “de clase media”. “La izquierda ha sufrido una transformación muy fuerte en los últimos 15 años. Antes, en los barrios más populares ganaba la fracción de la derecha del Partido Nacional. En el Cerro ganaba el herrerismo y la izquierda votaba mal. Hoy el trabajador sindicalizado básicamente es de izquierda. El no sindicalizado, en barrios de origen trabajador, también vota a la izquierda”, evaluó Caetano.