Tras el pacto de gobierno que firmó con el partido de derecha Ciudadanos, el PSOE tiene el desafío de reconquistar a las fuerzas de izquierda, sobre todo a Podemos, que percibió el acuerdo como una “traición”. El sábado, la mayoría de los miembros del PSOE votaron a favor de este acuerdo, aunque la última palabra la tiene el Comité Federal, que se reúne hoy.

La sesión de investidura comenzará mañana con la presentación del programa de gobierno por parte de Sánchez. La votación para que sea elegido presidente del gobierno de España está prevista para el miércoles, y para ganar necesitará obtener la mayoría absoluta -176 escaños-. Sin embargo, la suma de los diputados del PSOE y los de Ciudadanos -cuyo apoyo obtuvo gracias al acuerdo que firmó con ese partido- es de 130. Una segunda votación se celebraría 48 horas después, el viernes, y esta vez necesitaría mayoría simple.

En cualquiera de los casos, el partido de Sánchez necesita votos de otras organizaciones políticas, y apuesta por el apoyo de otras fuerzas de izquierda para superar al gobernante Partido Popular (PP). Si en la segunda vuelta tampoco lo consigue, se abriría un período de dos meses -que terminaría el 2 de mayo- para intentar la elección de otro candidato. Si no es posible elegir a un presidente, se disolvería el Congreso y habría que convocar nuevas elecciones, que según los plazos constitucionales se fijarían el 26 de junio.

El acuerdo con Ciudadanos -el partido liberal de derecha que dirige Albert Rivera- despertó reacciones dentro y fuera del PSOE, y finalmente fue aprobado el sábado por la mayoría de los militantes socialistas. Fueron convocados a participar en una consulta en la que tenían que votar Sí o No a la siguiente pregunta: “El PSOE ha alcanzado y propuesto acuerdos con distintas fuerzas políticas para apoyar la investidura de Pedro Sánchez a la presidencia del gobierno. ¿Respaldas estos acuerdos para conformar un gobierno progresista y reformista?”. Casi 79% de los afiliados apoyó el pacto, frente a 21% que decidió no hacerlo. Esto demuestra que Sánchez cuenta con el respaldo de su militancia, a pesar de las fuertes críticas internas a las que se enfrentó durante los últimos dos meses. Pero esta consulta no es vinculante, y el resultado deberá ser ratificado en un Comité Federal del partido que está previsto para hoy.

Sánchez dijo, en una entrevista publicada el sábado por el diario español La Vanguardia, que sigue esperando que las fuerzas parlamentarias de izquierda en el Parlamento no voten en contra de su investidura. “Yo voy a tender la mano siempre a los partidos a mi izquierda, y espero que aprovechemos la oportunidad”, señaló. También se refirió al descontento de Podemos, que calificó el acuerdo de “traición”: “Cuando Pablo Iglesias me dice que tengo que elegir entre Podemos y Ciudadanos, le digo que el PSOE ya optó por sumar a todas las fuerzas del cambio, porque sólo así es posible propiciarlo […]. Yo respeto mucho a sus votantes, pero no comparto su proyecto político, con lo cual tengo que hacer pactos transversales. […] El acuerdo con Ciudadanos es transversal. Quienes lo critican por no ser de izquierdas olvidan que el candidato a la presidencia es del PSOE”.

Sánchez agregó: “A mí me hubiera encantado un gobierno de izquierdas, única y exclusivamente, pero los números no dan. Rivera ha sido valiente, se lo reconozco. Le pido a Iglesias que tenga la misma valentía que ha tenido Rivera”. Pero Podemos parece no ceder.

Ciudadanos, por su lado, manifestó su interés en crear una alianza con el PSOE y también con el PP, que represente a “la mayoría de la sociedad española”. Fernando de Páramo, secretario de Comunicación del partido, dijo al respecto: “Esto no es un acuerdo cerrado ni contra el PP. Queremos que se sume”.