Después de un año particularmente conflictivo en la educación, la titular del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), María Julia Muñoz, admitió que la declaración de esencialidad que el gobierno emitió a mediados del año pasado fue “una medida muy antipopular” para los actores de la educación pero también para sectores sociales externos a ese campo. De todas formas, consideró que al mismo tiempo, y pese a que la medida no llegó a aplicarse, sirvió para que a nivel de la sociedad “se tomara conciencia de la importancia del aula”. Por su parte, Muñoz señaló que con la “seguidilla de paros” de esos días, los gremios también tomaron “medidas muy antipopulares”, que terminaron repercutiendo en las elecciones de representación de los docentes en los consejos de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), donde “terminó ganando el voto en blanco”.

En una entrevista conjunta con la revista Lento y la diaria, Muñoz consideró que otro de los aprendizajes que se lleva del año pasado es que la pauta salarial que elabore el gobierno “no puede ser muy cerrada” para que el gremio “ejercite su poder de negociación”, y también señaló que “desde mucho tiempo antes” a la presentación de las pautas “se venía con una situación de paros preventivos” que “llevó a un desgaste” tanto del gobierno como de los sindicatos.

Más allá de valorar los acuerdos logrados sobre fin de año con todos los gremios de la educación -excepto con la Asociación de Trabajadores de Enseñanza Secundaria- porque permiten “tener resuelto el salario” de cara a 2016, la jerarca consideró que el relacionamiento de las organizaciones sindicales con el gobierno no cambiará. “El rol de los sindicatos siempre es demandar, el de los gobiernos es decir hasta dónde podemos. Ninguno de los actores manejamos cosas personales y no hay peleas ni mal clima. El hecho de que es una relación que se rompe, como si fuera un divorcio, es más fantasía ciudadana. No te divorciás porque tenés que seguir casado. Las peleas y las relaciones siempre se recuperan”, agregó.

En agenda

La ministra informó que solicitó al secretariado del Frente Amplio que la reciba para contar las líneas de trabajo de 2016 de la cartera, “fundamentalmente en lo que tiene que ver con el congreso de la educación, que hay que empezar rápidamente a trabajarlo”.

Consultada sobre el hecho de que los docentes suban de grado únicamente por antigüedad, señaló que generar cambios en ese sentido requiere modificaciones en el estatuto docente “y una cantidad de cosas que hay que discutir”. Muñoz agregó que “en algún momento se van a hacer cambios” en dicho estatuto, pero no se aventuró a dar plazos, porque “son discusiones que llevan mucho tiempo”, explicó. Además, dijo que en 2016 habrá un nuevo congreso de educación en el que, entre los temas que se van a tocar, “la formación de los docentes tiene un lugar protagónico”. Otra de las instancias que el gobierno planteará para discutir temas de la agenda educativa será el diálogo social.

Para la ministra, desde la actividad pública “uno siempre quiere hacer muchas más cosas que las que puede, porque por suerte no está solo en este mundo”. “Siempre hay una fuerza que empuja y otra que resiste, y ahí vamos a ver cómo logramos el equilibrio. En la actividad pública siempre hay que tener capacidad para frustrarse y empezar de nuevo”, aseguró. Con respecto al rol que juega la sociedad en la educación, sostuvo que el deber de mandar a los niños y jóvenes a un centro educativo es de los padres o tutores, y cuando no asisten a clase “la responsabilidad es de la sociedad”.

Muñoz consideró que “la sociedad tiene la educación que quiere, porque si exige más, tiene más”. “Para exigir más, manda al niño, exige que vaya el profesor, lo conversa con el director, se junta con los otros padres; todos los mecanismos de participación están abiertos para la sociedad, que muchas veces no ocupa esos espacios y delega. Cuando los sindicatos dicen ‘nosotros no somos cuidadores ni payasos’, tienen razón”, remató. Por lo tanto, para la ministra “la sociedad es altamente responsable de lo que pueda decirse como fracaso educativo”.

De dónde venimos

Muñoz consideró que entre los maestros y profesores “sin duda es mucho más respetada la opinión del docente de carrera que del analista de la educación”. Dicho de otra forma, “lo que opina un maestro con trayectoria es totalmente distinto de lo que pueda opinar un académico” y más concretamente, “lo que opina [la actual subsecretaria del MEC] Edith Moraes es tomado de otra manera tanto por los maestros como por los profesores, así sea exactamente lo mismo que decía Filgueira [Fernando, su antecesor, que renunció al cargo]”. Para la ministra, eso se da “porque [Moraes] fue maestra, directora de escuela, concursó para inspectora, dirigió el Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP), fue consejera de formación docente y tiene una amplia trayectoria como docente que hace que la gente la conozca”.