l mercado inmobiliario no parece responder a las leyes de competencia, según las cuales, si hay una baja en la demanda, los oferentes reaccionan bajando sus precios para recuperar las ventas. En Uruguay se observa, desde el primer trimestre de 2013, una caída en las operaciones inmobiliarias, y sin embargo los precios no han respondido con un descenso; por el contrario, “aumentaron y lo seguirán haciendo”, sostiene Conde.

“Esto se explica por un par de motivos: por un lado, el crecimiento del poder adquisitivo y, por ende, de ahorro de los uruguayos, que en los últimos años llevó a que el público local siguiera invirtiendo al mismo ritmo que venía haciéndolo; y por otro, la construcción de viviendas de interés social, que fue el gran motor del mercado en la última década”, explicó.

Sobre las viviendas de interés social, Conde establece que “llegaron en el momento justo” porque “vinieron a atender la demanda de un público que no había estado contemplado en los últimos ocho, nueve años, en zonas donde, además, no había oferta de nuevas viviendas”. Estas construcciones desplazaron el mercado desde la costa a otros barrios de Montevideo, donde hasta entonces “no se construía”.

Además de los factores mencionados, el presidente de la CIU sostuvo que la firmeza de los precios responde a que la venta de inmuebles aún resulta una inversión atractiva. “La gente no está endeudada y tampoco sabe qué hacer con la plata, entonces la opción que le queda es invertir en un inmueble; alquilándolo, recibe una renta fija que al día de hoy no le da ningún banco. Aparte de que se asegura la posesión de un bien tangible, palpable y seguro”.

La depreciación de la moneda uruguaya tampoco afectó los precios. En el último año, un dólar pasó de valer 24 a 31 pesos, y según las estimaciones de los analistas consultados mensualmente por el Banco Central, terminará cotizando a 35 a fines de este año. Según Conde, esto no hace la diferencia: “Si hubiera una gran turbulencia en el mercado a corto plazo -algo así como que nos despertamos y el dólar está a 40-, probablemente se ajusten los precios, pero a lo largo de los años no hay crisis que mate a los inmuebles, porque éstos se revalorizan continuamente”. “Los precios se van corriendo a medida que se va corriendo el dólar”, explicó.

Cambiaron

La baja de las operaciones responde a la ausencia del principal inversor extranjero en este mercado. Los argentinos se fueron yendo en estos últimos años, hasta llegar al punto de ausentarse casi totalmente en el segundo semestre de 2015. “Nunca es cero, pero estuvo cerca”, afirmó Conde. “Las consultas de argentinos eran cada vez más esporádicas y cada vez más tímidas”, agregó.

Después que el gobierno de Mauricio Macri liberó el mercado de cambios, el 17 de diciembre, la gremial notó una fuerte reversión en la tendencia al alejamiento. Según Conde, el cambio de gobierno se tradujo en un “cambio de ánimo” que llevó a los inversores vecinos a volver a consultar. “Si bien no se ha cristalizado una cantidad de operaciones, estimamos que se van a empezar a visualizar criteriosamente en el segundo semestre de este año”, consideró.

También para el segundo semestre, la CIU espera que las inversiones en construcción en la costa, que se habían enlentecido, se reactiven, y con fuerza, porque “el interés de los agentes sigue vigente”.

El reto de la informalidad

Sobre la temporada de verano, Conde establece que si bien hubo una gran afluencia de visitantes desde el 26 de diciembre al 6 de enero, “después mermó”, aunque la cantidad de turistas sea mayor a la de igual período del año anterior. Pero lo que más preocupa es la menor repercusión económica que tienen éstos; el mercado inmobiliario tasó 35% menos que el año pasado. Más que una baja en la actividad de los turistas, desde la CIU estiman que podría tratarse de un aumento de la informalidad.

La informalidad es uno de los problemas que acechan el mercado inmobiliario desde hace tiempo. Las causas se atribuyen a los “portales internacionales que publican inmuebles”, contra los cuales piensan arremeter en breve. Entre los planes está solicitar una reunión con los organismos recaudadores y los ministerios de Turismo y de Economía y Finanzas.

“No es que estemos en contra de las nuevas tecnologías, pero la competencia así es desleal: se oferta el mueble vía digital, le giran la plata al dueño uruguayo, le cobran una comisión y en el país no se tributa nada, ni el Impuesto a la Renta de las Personas Físicas, ni el Impuesto al Valor Agregado ni los aportes a la seguridad social”, dijo Conde.

Según un estudio de mercado llevado a cabo por la CIU en 2011, sólo una de cada tres personas declaró comprar o vender una propiedad mediante una inmobiliaria establecida, con oficinas. Más allá del paso de los años, Conde estima que estas cifras “no sólo están vigentes, sino que incluso podrían ser más alarmantes”.

También piensan retomar las reuniones con las comisiones de Constitución y Códigos del Poder Legislativo, que a la vuelta del receso parlamentario retomarían la discusión sobre el proyecto de ley que legalizaría la figura de “corredor inmobiliario”, un agente que contaría con un título que amerite la profesión. Si bien existe la carrera de operador inmobiliario en la UTU, el presidente de la gremial sostiene que “más allá de los conocimientos que le genera a los estudiantes, el título no tiene valor ninguno”. “Al día de hoy, cualquiera hace una intermediación y le cobra a alguien, sin tener el conocimiento de la actividad y sin realizar ningún aporte”.

Consultado sobre el proyecto de ley, que surgió en 2012 y se archivó al fin de la legislatura pasada, el subsecretario de Turismo, Benjamín Liberoff, recordó que durante su discusión “la cartera elevó un proyecto alternativo, con el que la Cámara no estuvo de acuerdo y no se pudo alcanzar un consenso”. La gremial solicitó al inicio de la legislatura actual reactivar la discusión, y los legisladores así lo harán en marzo, según dijo Conde. Liberoff dijo no estar enterado de esta nueva proposición.

Sobre la disposición de la Ley de Inclusión Financiera, que obliga a pagar los alquileres por vía electrónica desde diciembre del año pasado, Conde sostuvo: “Si bien es una buena herramienta para combatir la informalidad, también tiene muchas partes que complican la actividad operativa. Hasta ahora se ha producido un trancazo, está siendo difícil individualizar los depósitos y también depósitos ‘quebrados’, cuando el importe implica monedas. Son complicaciones lógicas, que veíamos venir y que se subsanarán con el correr del tiempo. No obstante, lo estaremos observando con atención”.