Martín Pertuzatti, Eduardo Godoy y Daiana Añasco, tres ediles frenteamplistas de Salto, habían viajado a Rivera para un encuentro de ediles. A su regreso, cada uno de ellos presentó una boleta por concepto de cenas por 4.449 pesos. “Está bien que hay inflación, pero la cena fue un café y dos pan con grasa. Se fueron de mambo. 449 pesos es lo que sale eso en cualquier boliche, pero más de cuatro palos es muy difícil”, declaró un jerarca comunal. Los tres ediles pertenecen al sector político del intendente Andrés Lima, quien declaró: “Los hechos denunciados son de una gravedad que ameritan una pronta y eficiente respuesta”. “Este traidor votó en contra de la despenalización del aborto y nos dejó sin la mayoría. No me extraña que ahora nos traicione apoyando a las fuerzas de la derecha en este nuevo ataque a la institucionalidad democrática”, aseguró un integrante de la Mesa Política del Frente Amplio (FA), quien reconoció que en la interna frentista Lima ya es conocido como “El Amodio del siglo XXI”.

Varios dirigentes oficialistas consideran que este hecho, sumado a las acusaciones contra Raúl Sendic por haber mentido acerca de su nivel académico, “son claros síntomas de que estamos viviendo un nuevo pachecato”. Pero, si bien existe consenso con respecto a que la democracia está “más débil que nunca”, también hay “serias discrepancias” sobre la postura que debería adoptar la izquierda. Desde el Movimiento de Participación Popular consideran que la única manera de “defender la libertad” es por medio de las armas. “Llegado el caso, podríamos colocar en la conducción del Frente a [Eleuterio] Fernández Huidobro”. El Partido Comunista, mientras tanto, no se ha pronunciado con claridad al respecto, pero existen sospechas de que tendría un arsenal clandestino que estaría dispuesto a usar si Pablo Mieres pide la renuncia de Sendic. En el resto del FA aún están estudiando la situación, pero la mayoría de los dirigentes se inclina por “resistir sin violencia”.