El episodio del lunes fue entreverado, y, luego de tres interrogatorios, la Justicia aún no tiene claro qué pasó. El juez Penal de 8º Turno, Huberto Álvarez, llamó ayer a declarar al sargento de la Guardia Republicana que, mientras trabajaba en un camión de reparto de bebidas, disparó la bala que entró en el tórax de Daniel Aguirre, un joven de 19 años que murió en el acto. Ayer también comparecieron otros tres empleados de la empresa distribuidora, que confirmaron la versión del policía: cuando estaban bajando cajones de cerveza hacia un almacén, un grupo de 15 jóvenes rodeó el vehículo y atacó con palos y piedras. El dueño del comercio también confirmó la versión del policía. La recolección de evidencia, dijeron a la diaria fuentes policiales, se complicó por protestas de los vecinos, que aseguran que el policía disparó primero.

La fiscal Adriana Costa no encontró elementos para acusar al oficial, informó Telemundo, y, al cumplirse las 48 horas máximas de detención, la Justicia lo liberó. El caso está en presumario; el juez ordenó una reconstrucción de los hechos en un lugar reservado -no en el barrio, para evitar tensiones con los vecinos- para definir desde qué lado se inició el conflicto, y aún espera un informe técnico para decidir. El Ministerio del Interior iniciará una investigación administrativa para definir si el policía estaba técnicamente desempeñando tareas de seguridad en el camión, algo que la Ley de Presupuesto 2010-2014 establece como falta grave y que se castiga con la destitución.