Para defenderse del “mal” llamado inflación, la Liga de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios recomienda “eliminar todo gasto superfluo” y no tener “vergüenza y preguntar el valor de los productos para comprar en el lugar más barato”. En el marco del Día de los Derechos del Consumidor, que se celebra mañana, las amas de casa se preguntan en un comunicado si lo que mata es la inflación, pero se responden un par de párrafos después: lo que mata es el “strees [sic] emocional” de la consumidora ama de casa. Llegaron los “tiempos de austeridad y control de gastos”, cuestión que esperan que “se resuelva pronto” para poder “de nuevo darnos esos gustitos que tanto nos merecemos”.

Hay que ajustarse el cinturón, y “no importa saber de quién es la culpa (el calor, las lluvias, el incremento de los sueldos, la suba del dólar, el gasto público, etc.) lo importante es tratar de defendernos de este mal”, afirman. Para ello sugieren: “sustituir productos caros por más baratos, cambiar de marca o suprimirla si fuera necesario, pensar muy bien antes de comprar si lo necesitamos con urgencia o el gasto puede diferirse, si es conveniente arreglar un determinado artefacto o es mejor tirar y comprar uno nuevo, utilizar el agua y la electricidad de forma racional, [...] tratar de juntarse entre varias familias y hacer las compras en mercados mayoristas para abaratar precios”. Consideran que “tal vez” llegó el tiempo “de comer en casa en vez de ir a un restaurante, llevar la vianda al trabajo, esperar para cambiar el auto, ir al trabajo en bicicleta o caminando, [...] no comer lechuga hasta que baje a un precio razonable, reemplazar la verdura natural por la congelada”.