“Creo que el Ministerio de Defensa ha cumplido en términos generales la misión encomendada [en Siria]”, dijo ayer el presidente ruso, Vladimir Putin, que ordenó a partir de hoy “el repliegue de la mayor parte” de las fuerzas desplegadas allí. “Nuestras bases, la marítima en Tartus y la de aviación en el aeródromo de Jemeim, seguirán funcionando. Deben ser defendidas por tierra, mar y aire”, agregó, y dijo que tienen una función clave que cumplir para controlar “el alto el fuego y la creación de las condiciones para el proceso de paz”. Hace 18 días se declaró en Siria un cese del fuego que disminuyó la violencia.

El anuncio de Putin fue sorpresivo, como también lo fue el del 30 de setiembre, cuando Moscú comenzó formalmente esta campaña militar. Ese día, Rusia informó a jefes militares estadounidenses en Irak que en una hora comenzaría a bombardear posiciones de milicias armadas en Siria. Estos bombardeos tuvieron como blanco el grupo jihadista Estado Islámico y las posiciones de grupos opositores armados. Algunos de estos grupos que Estados Unidos considera “moderados” cuentan con la ayuda de Washington, que se opone a la permanencia de Al Assad en el poder.

El presidente sirio le agradeció por teléfono ayer a Putin “por su enorme ayuda en la lucha contra el terrorismo y la asistencia humanitaria proporcionada a la población”, según un comunicado del Kremlin citado por la agencia de noticias rusa Sputnik Nóvosti. También en un comunicado, el gobierno sirio manifestó que ambos países acordaron “la reducción” de fuerzas enviadas por Moscú después de “los éxitos logrados sobre el terreno por el Ejército sirio, en cooperación con la aviación rusa, en la lucha contra el terrorismo, el retorno de la seguridad a varias zonas y el aumento de las reconciliaciones en el país”, informó la agencia Efe.

En Ginebra algunos actores enfrentados en el conflicto sirio discutían una salida para esta crisis con la mediación de un representante de la Organización de las Naciones Unidas, Staffan de Mistura. Allí, Bassma Kodmani, una portavoz de la Comisión Suprema para las Negociaciones, que representa a la oposición, dijo a Sputnik Nóvosti: “Esperamos que ese mensaje de Rusia sea apoyado con comunicados de que ahora se hace posible llevar a cabo el proceso de transición en Siria”. Otro vocero opositor, Salem al Meslet, dijo que “lo que Rusia decida por supuesto que afectará a la otra parte, al régimen”. Manifestó a Efe su desconfianza en el anuncio, pero agregó que “si esta retirada se hace seriamente, esto dará a las negociaciones un empuje positivo”.

La organización Médicos sin Fronteras informó ayer que en los cinco años de conflicto armado, los 69 hospitales y clínicas en los que trabaja en Siria reportaron 154.647 heridos de guerra y 7.009 muertos dentro de sus instalaciones.