Según un estudio del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed), desde 2005 el salario docente “mejoró sensiblemente” y en mayor medida que el salario del resto de la sociedad uruguaya. No obstante, se establecen algunos desafíos para el futuro en lo que respecta a la política salarial en la educación pública. Por ejemplo, el informe señala que los sueldos siguen estando “fuertemente determinados por la antigüedad y basados casi exclusivamente en el pago de horas de trabajo en aula”, mientras que los incentivos para la función docente “representan una fracción menor del ingreso y no están ligados al desempeño o a la formación continua”. Acerca de esto, agrega que son una excepción los incentivos por titulación y presentismo, pero se indica que para el caso de un maestro de escuela grado 4 que se desempeña en una escuela de contexto desfavorable los incentivos representan 23,9% de su salario.

También se señala como un debe el hecho de que los incentivos para el trabajo en contextos vulnerables solamente existan en primaria, y que en su mayor parte se trate del pago de horas de trabajo extraaula; no obstante, se valora que dichos incentivos “parecen haber actuado para estimular la permanencia docente en estos centros y la atracción de docentes de mayor experiencia”. En relación con los estímulos para que los docentes se dediquen a tareas de dirección, el estudio indica que dicha tarea está peor remunerada que la actividad docente en el aula.

En comparación con los salarios docentes de otros países, el estudio del Ineed muestra que el salario en Uruguay para los docentes de tiempo completo está “bien posicionado” respecto de otros países de la región y del promedio de países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. De todas formas, señala que “el hecho de que gran parte de los docentes trabajan en un régimen de tiempo parcial” y que son mayormente remunerados en base a sus horas aula, “les reporta un salario relativo inferior al de sus pares en otros países”. En síntesis, se concluye que las diferencias salariales en relación con otros países de la región y de países más avanzados “se relacionan fundamentalmente con que en Uruguay el trabajo docente se desarrolla a tiempo parcial y concentrado en horas aula”. Por ejemplo, mientras que en otros países el cargo docente base es de 40 horas y se incluyen tareas extraaula, en Uruguay esto último en general no ocurre y el cargo base es de 20 horas. Con relación a este tema se añade que en el país “existe evidencia de que el trabajo de los docentes fuera del aula excede ampliamente las horas remuneradas de coordinación existentes”, y según datos de la Encuesta Continua de Hogares 2012, los docentes tienen más cantidad de horas de trabajo en sus hogares que otros trabajadores. “En promedio, los maestros de primaria trabajan diez horas semanales en el hogar y los profesores de educación media, nueve. Considerando que el promedio de horas de trabajo semanales en la docencia se ubica en alrededor de 30, las horas de trabajo en el hogar significarían cerca de 25% de la carga laboral total”, agrega.

Entre las recomendaciones se sostiene que las futuras mejoras salariales deberían asociarse “al cambio en las condiciones de trabajo, estimulando la permanencia con dedicación completa de los docentes en los centros educativos, con una remuneración que incluya el trabajo [...] de planificación, coordinación, trabajo institucional, entre otras actividades”. Además, se recomienda que otra vía de mejora podría ser la modificación de la estructura de la carrera profesional y los incentivos, por medio de “brindar más oportunidades para el ascenso a través de concursos de oposición”.