Tras los ataques a balazos que recibieron dos taxistas en las últimas dos semanas, que dejaron como saldo el fallecimiento de uno de ellos y heridas graves en el otro caso, el Ministerio del Interior (MI) decidió tomar algunas medidas para mejorar la seguridad en los taxis. El titular de la cartera, Eduardo Bonomi, propuso que el taxista fallecido reciba una condecoración post mortem, ya que “es un auténtico mártir. Gracias a su muerte, se implementaron nuevas medidas de seguridad que permitirán proteger la vida de otros taxistas. Si no fuera por su asesinato, jamás las hubiéramos implementado, obviamente”, agregó.

La principal medida acordada entre el MI y los propietarios de taxis fue la instalación de un botón de pánico que les servirá para comunicarse con la central de emergencias. “Es un sistema que funciona en base a la red de telefonía móvil. Los taxistas tendrán en sus celulares un botón que cuando se lo aprieta disca automáticamente el 911. Con esto acortamos el tiempo de respuesta en 4 microsegundos, que es lo que lleva discar dos números más”. Las autoridades instalaránun dispositivo similar para los pasajeros. “Para los casos en los que el taxista maneja como los terroristas que escapan de los agentes de la CIA en las películas, o en los que, por sus palabras, el pasajero comprende que su vida está en manos de un psicópata, puede apretar lo que nosotros denominamos ‘botón de miedo, rabia y resignación’. Cuando el pasajero lo acciona recibe una llamada de un psicólogo, sacerdote o experto en autoayuda -según cuáles sean sus creencias-, quien intenta convencerlo de que sentir miedo y rabia en un viaje de taxi es algo que debe tomarse con resignación, porque el gobierno no tiene ni la más mínima intención de mejorar la atención que brindan los taxistas o de empezar a hacer controles que le permitan asegurarse de que los alcohólicos y los esquizofrénicos no reciban una libreta de taxista”, explicó Bonomi.