Como suele ocurrir a esta altura del año, organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y el Banco Interamericano para el Desarrollo (BID) actualizaron sus pronósticos de crecimiento para la región y para Uruguay, con amplias discrepancias entre unos y otros.

El FMI, que divulgó sus cálculos junto con el BM ayer, estimó que Uruguay crecerá 1,4%, tal como había anunciado en diciembre, después de una revisión que recortó el 2,2% que se esperaba en octubre. Según la publicación Panorama económico mundial, se estima un repunte para el año que viene, con una tasa de crecimiento de 2,6%, que fue rebajada desde el 2,8% que se esperaba en diciembre del año pasado.

Aun así, esos son los cálculos más optimistas. La CEPAL consideró que Uruguay sólo crecerá 0,5% en 2016, mostrando uno de los peores niveles en la región. Sólo están en peores condiciones Ecuador, Argentina, Brasil y Venezuela, cuyos PIB se contraerían 0,1%, 0,8%, 3,5% y 6,9% en cada caso.

Por su parte el BID, si bien no da pronósticos específicos para el país, advierte respecto de los niveles de inflación, que hoy rondan el 10% y que sobrepasan el rango meta del gobierno -entre 3% y 7%-, en el que hay un fuerte peso de la apreciación de otras monedas.

Para el organismo, “un cuarto de la varianza en la inflación puede explicarse por los shocks al tipo de cambio”, es decir, la influencia de las depreciaciones o apreciaciones de las monedas de otros países relevantes en el comercio exterior de Uruguay. En particular, estima que una depreciación de 10% del yuan chino generaría apreciaciones de “más de 1,5%” en Uruguay, y que en el caso de una depreciación de 10% del real brasileño la apreciación real esperada sería “fuerte”, “de 2% a 3,5%”. En cuanto a la depreciación de 35% del peso argentino en diciembre de 2015, se estima que afectó a Uruguay entre 2,5% y 4%.