Obama aterrizó en Alemania ayer, se reunió con la canciller Angela Merkel e inauguró junto a ella la Feria Industrial de Hannover, conocida por ser la más grande del mundo. El encuentro entre los dos gobernantes tuvo como tema principal el TTIP, el tratado de libre comercio que la UE y Estados Unidos negocian desde 2013.

El presidente estadounidense aseguró que las negociaciones del acuerdo comercial “posiblemente” se cerrarán antes de que termine el año -el último de su mandato-. Sin embargo, lamentó que no alcance el tiempo para que se ratifique antes de que deje el gobierno. Merkel, por su parte, se mostró convencida de que se puede “lograr un gran éxito en este año” y sostuvo que, una vez firmado, el TTIP promoverá el crecimiento económico y la creación de puestos de trabajo, cuestiones en las que Obama coincidió. En un intento por enfrentar las críticas, los dos insistieron en que el acuerdo ayudará a elevar los estándares de protección del consumidor, y será respetuoso con el medioambiente.

Pero los detractores siguen sosteniendo que el acuerdo, en realidad, reducirá los estándares de calidad de los productos, dañará el medioambiente, lesionará los derechos laborales al favorecer a las empresas multinacionales y limitará la soberanía de los países implicados. El día previo a la llegada de Obama, miles de alemanes -25.000 según la Policía, 90.000 según los organizadores- salieron a las calles de Hannover a manifestarse en contra de un acuerdo que también es cuestionado por haberse cocinado “a espaldas” de los ciudadanos y parlamentarios. La protesta del sábado contó con el respaldo de grupos ecologistas, organizaciones humanitarias, sindicatos y partidos políticos (Los Verdes, La Izquierda y el Partido Pirata).

Más temprano, y por separado, Obama y Merkel habían expuesto sus argumentos a favor del TTIP. “El Acuerdo Transatlántico sobre Comercio e Inversión es una de las mejores herramientas para promover el crecimiento y crear empleos”, dijo al respecto el mandatario estadounidense en diálogo con el diario alemán Bild. La canciller alemana afirmó en su mensaje semanal que cerrar un tratado como el TTIP será una “gran oportunidad” para que la UE y Estados Unidos fijen los estándares comerciales en el ámbito global.

Sí o no

Antes de llegar a Alemania, Obama estuvo dos días en Reino Unido, donde se reunió con el primer ministro, David Cameron, habló con un grupo de jóvenes y comió con la realeza. El presidente estadounidense aterrizó en este país una semana después de que empezara oficialmente la campaña para el referéndum de junio, que dividió a Reino Unido entre quienes defienden y quienes rechazan la permanencia del país en la UE. La primera postura la encarna el grupo Britain Stronger in Europe (Reino Unido es más fuerte en Europa), que cuenta con el respaldo de Cameron. Quienes abogan por la salida de Reino Unido del bloque europeo se agrupan en Vote Leave (vote por salir), encabezado por el alcalde de Londres, Boris Johnson.

Obama no fue ajeno al contexto: en una actitud que Johnson calificó de “injerencia”, argumentó en varias ocasiones acerca de los motivos por los que Reino Unido no debe abandonar la UE. En un artículo publicado el sábado en el periódico británico The Daily Telegraph, titulado “Como tu amigo, dejame decirte por qué la UE hace de Reino Unido un país incluso más grande”, Obama aseguró que la participación de Reino Unido en el bloque europeo “magnifica” el prestigio del país en el mundo y su posición de líder. Les dijo también a los británicos: “Deberían estar orgullosos de que la UE haya ayudado a extender los valores y prácticas británicos -la democracia, el imperio de la ley, la apertura de mercados- en todo el continente y su periferia”. Aunque aclaró que no intenta entrometerse en un asunto que “sólo compete a los británicos”, dijo que el resultado del referéndum “es un asunto de profundo interés para Estados Unidos”, ya que la “prosperidad” y la “seguridad” de los dos países están “muy entrelazadas”.

En la entrevista con el diario Bild, Obama resumió: “El mensaje de mi viaje es que Estados Unidos -y el mundo entero- necesitan una Europa fuerte, próspera y unida”. Agregó que esta “unidad” es fundamental para derrotar al terrorismo de Estado Islámico y Al Qaeda, un asunto que calificó de prioritario. “Necesitamos las capacidades de los estados europeos para la lucha contra Estado Islámico y Al Qaeda, que puede darse en cualquier lugar desde Siria e Irak hasta Afganistán”, sostuvo. Además, habló de los progresos que se han hecho en este terreno y aplaudió que el Parlamento Europeo haya aprobado un mecanismo para que las aerolíneas puedan comunicar a las autoridades los datos de sus pasajeros. “Si un terrorista potencial trata de entrar en secreto a nuestro país tenemos que saberlo para poder detenerlo”, dijo.

Durante su encuentro con 500 jóvenes londinenses, el presidente Obama volvió a pedir un Reino Unido integrado en la UE. “Vemos nuevos llamados al aislamiento, a la xenofobia. Cuando hablo con jóvenes, les imploro, y les imploro a ustedes, que rechacen estos llamados a retirarse”, dijo.

Otras partes del tablero

El encuentro de ayer entre Merkel y Obama sirvió también para poner sobre la mesa otros temas que interesan a los gobiernos de Alemania y Estados Unidos, además de la lucha antiterrorista. Ambos coincidieron en respaldar las conversaciones de paz que se desarrollan en Ginebra entre el gobierno de Siria y la oposición y se mostraron preocupados por las violaciones a la tregua que se acordó en febrero.

Los gobernantes aplaudieron, por otro lado, la formación de un nuevo gobierno en Ucrania y se posicionaron a favor de la integridad territorial y la soberanía nacional de su población, en referencia a la anexión rusa de Crimea y el conflicto armado en el este. En este sentido, Obama instó a los países que integran la OTAN a aumentar su presupuesto de defensa ante la postura “agresiva” de Rusia.

Obama también condenó las recientes “provocaciones” de Corea del Norte, en sus pruebas con misiles, y reafirmó que sólo negociará con su gobierno si este se compromete a abandonar el programa nuclear. Finalmente, felicitó a Merkel por su gestión en la crisis de los refugiados -muy cuestionada por los alemanes y por su propio partido- y por adoptar una postura que está “en el lado correcto de la historia”.