La previsión de cómo votará el plenario de 513 diputados no sólo es difícil por los constantes cambios de postura habituales en Brasil, sino también porque la mayoría de los partidos han dejado en libertad a sus integrantes para determinar su voto.

Entre los partidos que integran la coalición de gobierno no hay una posición unánime: el Partido de los Trabajadores (PT), al que pertenece Rousseff, y el Partido Comunista de Brasil (PCdB), que integra la coalición de gobierno, votarán en contra del juicio político. Sin embargo, el Partido Progresista y el Partido de la República, que también integran el gobierno, votarán divididos, y a diferencia de los anteriores no se pronunciaron como tales sobre este proceso.

Tampoco lo hizo el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que a fines de marzo salió del gobierno, en el que era el principal socio del PT. Sus diputados votarán divididos, aunque la mayoría se inclina por respaldar el juicio político que podría significar la destitución de Rousseff y la asunción de la presidencia por parte del vicepresidente del país y presidente del PMDB, Michel Temer. Es la primera oportunidad que tiene el PMDB de volver a la presidencia desde el gobierno de José Sarney (1985-1990).

Los partidos que sí se han pronunciado a favor del juicio político son los opositores Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) y Demócratas, cuyos diputados votarán en bloque.

Ayer se conoció el pronunciamiento a favor del juicio político por parte del Partido Socialista Brasileño (PSB), que integró la coalición de gobierno hasta las últimas elecciones, en las que decidió presentarse con candidato propio. El designado, Eduardo Campos, murió en un accidente aéreo y la candidatura fue tomada por quien fue su compañera de fórmula, Marina Silva. La dirigente, que provenía del Partido Verde, quedó fuera de la segunda vuelta y tanto ella como el PSB optaron por apoyar al candidato opositor, el hoy senador Aécio Neves. Ese apoyo generó la renuncia de quien era el presidente del PSB, Roberto Amaral -que apoyó a Rousseff- y la salida de otros referentes de la izquierda del partido.

El anuncio de ayer del PSB generó mucha molestia en algunos diputados y senadores que querían votar en contra del juicio político, ya que el partido impuso la disciplina partidaria y los obliga a dejar sus bancas a sus suplentes durante la votación, tanto en la comisión especial que votaba anoche como en el plenario de ambas cámaras.

También se conoció ayer un comunicado de Marina Silva en el que la ex candidata presidencial dice que su partido, Rede Sustentabilidade (creado después de las últimas elecciones), está a favor del juicio político porque considera que “existen elementos que justifican la admisibilidad del proceso”. Sin embargo, Silva aclara que preferiría que se convocaran nuevas elecciones. Según la última encuesta de Datafolha, dada a conocer el domingo, si se eligiera ahora un nuevo gobierno, Silva y el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva accederían a la segunda vuelta con cerca de 20% de los votos cada uno, mientras que Temer obtendría entre 1% y 2%.

Silva no es la primera en manejar la posibilidad de unas elecciones anticipadas, aunque sí es la que ha defendido con más fuerza esa opción. Otra alternativa que ha sido planteada, en este caso por el líder del PSDB, Neves, es la de hacer una reforma constitucional para pasar de un régimen presidencialista a otro parlamentario, con presidente y primer ministro, bajo el argumento de que sería más adecuado a la realidad política de Brasil, donde se llega al gobierno mediante coaliciones que funcionan sobre la base del apoyo en el Congreso.

No son pocas las voces que se han pronunciado sobre estas iniciativas. “No podemos cerrar ninguna puerta ni dejar de discutir ninguna alternativa. Ni la de la elección general ni la de hacer una revisión del sistema de gobierno”, dijo el presidente del Senado, Renan Calheiros, del PMDB. Sin embargo, el presidente del partido, Temer, rechazó esta propuesta. Por su parte, el senador José Serra, referente del PSDB, se pronunció a favor del régimen parlamentario y dijo que incluso se podría mantener a Rousseff en la presidencia.

Acelerado

Ayer se filtró un audio en el que el vicepresidente de Brasil, Michel Temer, da un discurso como si ya hubiera asumido la presidencia, algo que sólo sucederá si el Senado acepta la propuesta de juicio político, lleva adelante el procedimiento -que puede durar 180 días- y decide destituir a Dilma Rousseff. En el discurso anticipado, Temer dice que habla con “mucha cautela” y recuerda que en las últimas semanas se alejó de la escena pública “precisamente para no aparentar que estaba cometiendo algún acto o practicando algún gesto con vistas a ocupar el lugar de la señora presidenta de la República”. También dice que es preciso construir un gobierno de “salvación nacional” y advierte que será necesario realizar “sacrificios” para volver al crecimiento económico, aunque promete mantener los programas sociales impulsados por el PT.