La crisis migratoria que vive América Central encuentra sus raíces en la pobreza, el desempleo y, sobre todo, en la “violencia a gran escala y persecución a manos de criminales armados”, dijo ayer en una conferencia de prensa Adrian Edwards, el portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Este fue uno de los tantos datos que reveló un informe elaborado por el organismo, que indicó además que Estados Unidos y México son los países que reciben más solicitudes de asilo, principalmente desde El Salvador, Honduras y Guatemala -el denominado “Triángulo Norte”-.

Edwards señaló que el número de centroamericanos que emigran para escapar de la violencia, en particular de las maras, y buscar refugio en países cercanos alcanzó niveles “vistos por última vez en la década del 80, período en el que la región fue azotada por conflictos armados”.

Según el informe, 3.423 personas -procedentes en su mayoría de El Salvador y Honduras- solicitaron asilo en México el año pasado, lo que supone un aumento de 65% respecto de 2014 y de 164% respecto de 2013. El portavoz de ACNUR alertó sobre la situación en El Salvador, país que, según dijo, tiene “la mayor tasa de homicidios del mundo”. A la vez, instó a las autoridades a tomar “medidas urgentes” para proteger, en particular, a los niños y niñas que huyen solos y a las mujeres “que se enfrentan al reclutamiento forzoso en pandillas criminales, a la violencia de género y sexual, y al peligro de ser asesinadas”, agregó.

Otros países que registran fuertes aumentos en peticiones desde el Triángulo Norte son Costa Rica, Belice, Nicaragua y Panamá.