El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, reconoció ayer que en los últimos años su país atacó en Siria objetivos del movimiento chiita libanés Hezbolá para impedir que adquiriera armas “avanzadas”. Hasta el momento, el gobierno israelí se había abstenido de reconocer públicamente su implicación en ataques en Líbano y en Siria. Cuando se desató la guerra civil en este último país, hace cinco años, Israel se declaró neutral y estableció que sus fuerzas armadas sólo intervendrían en el caso de que fueran atacadas directamente o si se constataba que armas sirias eran transferidas a territorio libanés.

“Actuamos cuando tenemos que actuar, incluso al otro lado de la frontera, con decenas de ataques para impedir que Hezbolá obtenga armas que cambien las reglas de juego”, dijo el primer ministro israelí ayer durante una visita a un cuartel militar en los Altos del Golán, cerca de la frontera con Siria, según informó el diario Haaretz.

Aunque el gobierno de Netanyahu manifestó en varias ocasiones que impediría que Hezbolá -respaldado por Irán- consiguiera armas, nunca se había referido a operaciones aéreas concretas.

El primer ministro no dio detalles sobre el tipo de ataques que lanzó Israel en Siria y tampoco especificó el momento en el que ocurrieron.