El vicepresidente brasileño, Michel Temer, también podría ser sometido a juicio político. La semana pasada, el ex ministro oficialista Ciro Gomes presentó ante la Cámara de Diputados un pedido de juicio político en su contra, con argumentos similares a los que la oposición esgrime contra Dilma Rousseff: el incumplimiento del cuidado de los fondos públicos. Según la denuncia, Temer firmó cuatro decretos que autorizaban un pedido de crédito sin autorización del Congreso Nacional, por un monto que superaba el límite establecido por la Ley de Presupuesto para el endeudamiento. Esto es considerado un delito de responsabilidad en la norma que regula los juicios políticos.

El presidente de la Cámara de Diputados de Brasil, Eduardo Cunha, que sí aceptó el pedido de juicio político contra Rousseff, rechazó la solicitud de Gomes por falta de pruebas. Debido a esta decisión, el abogado Mariel Márley Marra presentó un recurso ante el Supremo Tribunal Federal que ayer fue respondido por uno de los jueces que lo integran, Marco Aurélio Mello. Éste consideró que Cunha había excedido sus funciones. Lo que le corresponde como presidente de la cámara, señaló Mello, es verificar si se cumplen las formalidades de la denuncia y no hacer una evaluación de las pruebas.

El juez instó a Cunha a convocar una comisión especial que sí evalúe esas pruebas. De esta forma, el proceso contra Temer estaría en la misma situación que el que se inició contra Rousseff.

Según los medios brasileños, en la sesión de hoy de la comisión especial que analiza el juicio político contra la presidenta, el miembro informante, Jovair Arantes, expondrá su posición al respecto. Está previsto que el viernes comiencen los debates y el lunes se vote el informe presentado por Arantes. Esa misma noche se vence el plazo para que la comisión especial se pronuncie, por lo que la votación no puede retrasarse. En las 48 horas siguientes el plenario debe considerar la posición de la comisión y votar si la acompaña, para luego avanzar al Senado. Si la cámara alta decide abrir un juicio, Rousseff debería dejar el cargo por 180 días, durante los cuales Temer asumiría la presidencia.

Sobre el caso de Temer, Cunha, que pertenece como él al Partido del Movimiento Democrático Brasileño, dijo que hoy mismo apelará la decisión de Mello, a la que consideró “absurda” y “monstruosa”. Opinó que el magistrado “está invadiendo la competencia” del Congreso, y agregó que con ese criterio “los 39” pedidos de juicio político contra Rousseff tendrían que haber sido aceptados, así como los ocho que están pendientes de análisis.