El fiscal argentino Guillermo Marijuán, que investiga una supuesta trama de lavado de dinero que involucra a Lázaro Báez, un empresario vinculado con el kirchnerismo, dijo que “la hipótesis más fuerte” es que él se enriqueció gracias a “sobreprecios en la obra pública”. Lo mismo afirmó el titular de la Dirección Nacional de Vialidad del gobierno de Mauricio Macri, Javier Iguacel. Dijo que Báez “cobraba por adelantado” con “un enorme sobreprecio” y que “no terminaba las obras”. La semana pasada Iguacel presentó una denuncia judicial por este motivo contra quien ocupó el cargo antes que él, Nelson Periotti, y su número dos, Carlos Alonso.

Ayer Marijuán aclaró que a él no le corresponde investigar el enriquecimiento de Báez, porque eso es parte de otra causa judicial, pero agregó que “mucho dinero puede haberse transformado en algo legal” mediante el lavado, delito que sí está investigando.

El fiscal pidió al juez del caso, Sebastián Casanello, el allanamiento de 37 propiedades de Báez y sus familiares. Estos operativos comenzaron el martes, con decenas de policías y perros para rastrear billetes. Casanello dijo que los allanamientos son parte de “un amplísimo abanico de medidas” dirigidas a “recuperar activos”.

Los allanamientos fueron tan intensos que ayer la Justicia pidió una excavadora para que removiera la tierra en una de las estancias de Báez, para ver si había dinero enterrado. Hasta ayer no se había encontrado nada bajo tierra, pero sí una valija con unos 90.000 dólares en efectivo dentro de otra de las casas de Báez. Según informó Marijuán, en esa estancia se encontraron “bolsos con restos de tierra” pero vacíos. El fiscal dijo que se encontraron también “muchísimos inmuebles” a nombre de Báez y sus familiares que no están registrados en la Administración Federal de Ingresos Públicos, el equivalente argentino a la Dirección General Impositiva.