En el comienzo de la jornada de cierre de un encuentro en el que expertos de varios países intercambiaron sobre la evaluación y la innovación en el aprendizaje, el presidente del Plan Ceibal, Miguel Brechner, se refirió al uso que desde ese espacio se ha realizado de los datos personales de los estudiantes. El jerarca dijo que desde el momento en que el Plan Ceibal comenzó a funcionar supo que se estaba “en la vanguardia de la legalidad, de la privacidad” y del uso de los datos.

Brechner señaló que el tema de la privacidad debe ser contemplado tanto en el aspecto legal como en el ético. En referencia a lo legal, señaló que desde el comienzo el Plan Ceibal está en contacto con la Agencia del Gobierno Electrónico y la Sociedad de la Información y del Conocimiento (AGESIC), que además es parte del consejo ampliado del Plan Ceibal. Según Brechner, eso tiene como finalidad que todo lo que se haga “esté de acuerdo a las leyes” uruguayas. La norma de referencia en este tema es la Ley de Protección de Datos Personales y Acción de Hábeas Data, aprobada en 2008.

Además, el jerarca dijo que se está instalando un comité de ética, junto con otras organizaciones que manejan datos en el país, “para empezar a fijar normas” éticas sobre el uso de datos personales. Añadió que actualmente “estamos viviendo un mundo muy grande de datos”, al que definió como “un mar de datos”. De todas formas, aseguró que “la pregunta de qué hacer con la información es posterior a la pregunta de para qué estamos”. Respondió esta última pregunta afirmando que el Plan Ceibal está “para apoyar al sistema educativo” y “para usar la tecnología para mejorar lo existente”. “No podemos pensar en usar la tecnología sin pensar qué es lo que hacemos con los datos”, agregó.

En relación con los datos que maneja el Plan Ceibal, Brechner dijo que pertenecen al sistema educativo y sostuvo que los datos sobre si los niños y jóvenes van a clase o sobre sus calificaciones existieron siempre. Según explicó, con el procesamiento de los datos se busca tratar de inferir actitudes o comportamientos de los niños y jóvenes para la mejora del sistema, y agregó que “esos procesos son para los docentes”. Como ejemplo mencionó la plataforma de matemática, que cuenta con cerca de 100.000 actividades y ejercicios para que realicen los estudiantes, y cuando un niño o adolescente termina sus ejercicios, los datos le llegan directamente al docente. La información sobre los estudiantes está disponible para los docentes, los directores y los adscriptos de los centros educativos, y para los inspectores. Brechner señaló que actualmente “hay poca información disponible”, porque se trata de herramientas nuevas y, por lo tanto, no hay fórmulas muy claras sobre cómo cruzar los datos. De todos modos, aclaró que la Administración Nacional de Educación Pública ya cuenta con la información sobre la asistencia o inasistencia de los niños y jóvenes al sistema educativo formal.

Brechner indicó que “ya no estamos en la época en la que todo el mundo se asusta de la computadora”, sino que esta es “una herramienta para facilitarle la vida al sistema”. El jerarca aclaró que el Plan Ceibal “no monitorea nada de lo que pasa dentro del aula ni fuera de ella”, tanto porque “está mal hacerlo” como porque no es la función del programa, que se propone investigar “cómo se puede mejorar el sistema”. Brechner estuvo de acuerdo en que para encontrar fórmulas adecuadas para el procesamiento de los datos es necesario “preguntarles más a los docentes” y también “ver qué cosas están pasando en otros países que nosotros podamos adquirir”; y adelantó que aprender esto “va a llevar mucho tiempo”. En opinión del jerarca, si no se transita por ese camino va a ser difícil mejorar.

Como informó la diaria el viernes, el Plan Ceibal está en búsqueda de desarrollar una plataforma de big data -o datos masivos- en la cual integrar los datos de las distintas plataformas virtuales con las que cuenta el sistema educativo. De esa forma, se espera tener más insumos para estudiar y prever trayectorias de los estudiantes, sobre todo pensando en prevenir la desvinculación y los bajos rendimientos. Actualmente, la plataforma de big data se encuentra en etapa de diseño, y se busca recabar las preguntas que el sistema educativo necesita responder, para tener claro cómo procesar los datos.